CAPITULO 97

102 15 1
                                    


NOTA: este capitulo (y el siguiente), tienen el punto de vista de Aria desde el arresto de Diana hasta los acontecimientos actuales, hay detalles que no muestro en la línea actual, sin embargo, es voluntario leerlo :D


ARIA'S POV

El día había llegado, tenía que conseguir convencer a todo el mundo de mi posición en esta batalla, en cuanto entré al salón del trono y la vi, el corazón latió dentro de mi pecho dolorosamente... no quería mirarla, no quería hacer esto...

- en nombre de la guardia real, es mi deber detenerla por el delito de alta traición al reino – hablé, quería salir corriendo con ella entre mis brazos, resguardarla y comenzar la guerra... pero sabía que a estas alturas simplemente debía dejar que todo avanzara, la senda estaba trazada...

Coloqué los grilletes en sus muñecas, y el llanto mal contenido me hizo arder la garganta, lo siento... lo siento... en verdad lo siento mi amor... lamento todo lo que te he hecho...

Ordené que la llevaran a las mazmorras, ¿Qué debía hacer ahora?, esto me estaba destrozando...

- que maravilla – Lillian se sentó en su sillón, la sonrisa que se plasmaba en su rostro era igual a la que colocaba cuando hablaba de mi familia...

- si... -

Salí de su oficina y me encaminé rumbo a las mazmorras, necesitaba verla desesperadamente, no sabía si era por masoquismo o por esta insana obsesión que tenía por ella, pero la necesitaba...

En cuanto llegué a su encuentro, decidí ingresar a la celda que la mantenía cautiva, y ella, presa de la furia me golpeó, no tuve la voluntad de resguardarme, merecía sus agresiones, merecía morir por su mano... sus palabras de desprecio y sus deseos de muerte eran como sal para mis heridas... ¿y que más podía esperar?, yo era la causante de su desdicha... no podía hacer nada más, no podía desear nada más...

Suspiré cuando su cuerpo buscó el mío para acunarse en mi pecho... quería cerrar mis brazos para contenerla, para protegerla, quería arrodillarme, arrastrarme por el suelo buscando su perdón.

Me recompuse como pude, tenía que terminar de romper su corazón y de paso arrancarme el mío, necesitaba mantenerla viva... y sabía por experiencia propia que el odio y el rencor eran más fuertes que el dulce amor... el odio era una llama difícil de apagar, y si se alimentaba entonces crecería más y más... y yo quería que ella viviera...

Mis palabras de amor para Lillian buscaban atorarse en mi garganta, mi cuerpo y mi alma rechazaban la idea de hacerla sufrir más, le declaré mi falso desprecio por ella, y tuve que mirar para otro lado para no conmoverme por su mirada dolida... la mujer frente a mi era mi más grande debilidad, y por eso necesitaba alejarla de mi...

Salí de la celda, y cuando estuve en las escaleras... subí casi corriendo, las náuseas y el llanto atorado en mi garganta me desesperaban... el amor y la furia corroían mi cuerpo como si me estuviera quemando en una hoguera...

Miles de recuerdos dolorosos amenazaban con enloquecerme, y yo tenía ganas de dejarme arrastrar, la locura era un buen sedante para todo lo que estaba sintiendo, estaba tan dividida... quería dejarme llevar, pero también quería pelear, mi alma herida y embravecida creaban todo aquello que me inundaba, amenazándome con rebasarme...

Llevé a Carin para cabalgar conmigo, ella era mi mejor amiga... su rostro me obligaba a recordar el motivo principal por el cual había venido a este reino, le pregunté que ocurría, pues su mirada apuntaba a juzgarme, y yo... luego de un suspiro, le respondí... a estas alturas mi mente no lograba encajar todas las ideas y le tiré frases sueltas y enigmáticas, me sentía extraña... tristeza, dolor, éxtasis... tantas emociones al prever lo que pasaría... sabía que Carin pensaría que estoy enloqueciendo, y la verdad es que no está lejos de aquello... demoré casi 13 primaveras en hacerlo...

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora