CAPITULO 30

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ALEX POV

Llegamos al pueblo sin altercado alguno, Kara flanqueaba a la abadesa por la izquierda y yo caminaba tras ellas, estaba muy preocupada por mi hermana, el hecho de que sintiera esa clase de afecto por la abadesa la ponía en muy mala posición, yo deseaba que Kara fuera feliz, que pudiera encontrar a alguien que la amara, pues ella lo merecía...

- entraremos primero al granero – escuché que dijo la abadesa, Kara la miraba con tanta adoración que era difícil no darse cuenta, por mi mente pasaba el paralelismo más cercano que tenía, Aria y la reina...

Entramos al local, había 2 personas más dentro del sitio, comprando... 'la abadesa sacó de su bolsito una hoja y se la tendió al encargado de la tienda

- mi señora – dijo el hombre – no tenemos algunos de estos granos por ahora, durante la tarde llegará un pequeño cargamento... ¿quiere que lo enviemos a la abadía? –

- si, por favor... -

La abadesa pagó el importe y salimos del local

- ¿Cuál es nuestro próximo destino? – preguntó Kara

- me pregunto si podremos comprar cárnicos o algún embutido... ¿ustedes que opinan? –

- no creo que sea buena idea – dije – no sabemos cuánto durará la misión, y los cárnicos van a descomponerse con el calor que hace... -

- muy bien, entonces vayamos por algunas telas –

La verdad es que no tenía ganas de pisar la carnicería, no sabía lo que me encontraría allí, si bien ya no pensaba en Maggie de esa manera, me aterrorizaba la idea de volver a verla, no había averiguado por su suerte y tampoco deseaba hacerlo, solo quería que ella hubiese encontrado su felicidad, al lado de alguien valiente...

- ¿Kara?, ¿Alex? – no pude evitar retroceder, nuestra madre estaba frente a nosotras, se veía sorprendida

- madre... - escuché a Kara mencionarla

- hija mía – ella intentó acercarse a mi hermana menor, pero Kara no lo aceptó

- señora Danvers, está obstaculizando el paso de la abadesa – Kara habló con tanta frialdad que no pude evitar sorprenderme

- Kara... -

- por favor, aléjese y no entorpezca nuestra misión - mi madre me miró, su gesto dolido casi me rompió el corazón, casi... luego recordé que ella nunca hizo nada para salvarnos de los maltratos de mi padre, y una parte maligna dentro de mi aprobó la manera en la que Kara la trató.

Continuamos nuestro camino, el ambiente se sentía muy tenso y yo solo quería salir corriendo, me sentía más ajena que nunca a esta caminata, solo quería volver a la abadía para pasar el rato junto a Lady Samantha. Tenía que seguir esforzándome por derribarla en combate, mi orgullo estaba muy herido.

Una vez las compras terminaron, pudimos volver a la abadía, afortunadamente nada pasó y volvimos en una pieza

- soldado, en cuanto termine de acomodar a los caballos, la quiero en mi despacho – dijo la abadesa

- sí, mi señora – respondió Kara, la alta mandataria se marchó

Ambas nos encargamos de acomodar todo en las caballerizas...

- ¿crees que estuvo mal? – la escuché preguntar

- hubiese sido peor si actuabas con hipocresía – respondí sin mirarla

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora