CAPITULO 12

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KARA'S POV

Caí al suelo completamente jadeante

- ¡levántate fragilucha! – escuché la potente voz de Aria

- si... - trastabillé para poder levantarme

- ¿crees que merezca ser castigada? – preguntó a mi hermana

- solo hizo la mitad, creo que si – dijo Alex

- trae dos baldes con agua – pidió, Alex se fue para hacer lo pedido - ¿quieres renunciar? – preguntó burlona

- nunca... - jadeaba por el esfuerzo

- te quedarás así hasta que el sol comience a bajar por el horizonte – sonrió

Tenía mis brazos extendidos hacia los lados sosteniendo las cubetas llenas de agua, mientras mis rodillas estaban semiflexionadas, sentía mis músculos doloridos y quería llorar

Ellas se marcharon, dejándome completamente sola, comencé a temblar por el esfuerzo, pero no me permití desistir

- bien hecho – Aria me quitó las cubetas, caí al suelo de inmediato, vació el agua sobre mi cuerpo y me sentí fresca

- ve a comer, date una ducha y luego a dormir, mañana te levantaré al despuntar el alba para continuar... buen trabajo Kara – sonrió, me ayudó a levantar y me guio hasta el comedor, me sentó y Alex llegó con una bandeja llena de carnes, no lo pensé dos veces y comencé a devorar todo

- debes comer carnes – dijo mi hermana – toma un poco de aguamiel – sirvió un poco

Una vez terminé, ambas me llevaron a mi habitación, Nía abrió la puerta

- ¿Qué tal les fue? - preguntó

- horrible – me quejé

- Kara se volverá mártir – la general se burló

Alex y Nía trajeron agua caliente para mi baño, me desvestí y entré a la bañera, tallé mi cuerpo suavemente quitando todo rastro de sudor y tierra, los leves raspones en mis rodillas y codos ardieron por el jabón

- buenas noches señoritas –

- buenas noches, general... teniente – dijo Nía

Ambas salieron de la habitación y cerraron la puerta

- estoy muy cansada – dije

- no pensé que en verdad te apuntaras a la vida militar –

- es preferible, sabes que no sirvo para ser novicia –

- está bien Kara, te apoyo – sonrió – ahora duerme –

En cuanto mi cuerpo reposó en la cama, sentí mis párpados muy pesados...

- buenos días – los impresionantes ojos de Aria me observaban fijamente, ahogué un grito por la sorpresa

- bue... buenos días –

- es hora de irnos, vístete y vamos – ella salió de la habitación

Al levantarme quise dejar de moverme, me dolió hasta el alma el simple hecho de sentarme, sentí ganas de renunciar a todo

- tardaste demasiado – dijo Alex

- lo siento –

- muy bien, hagamos calentamiento, y por demorarte, entrenaremos hasta el anochecer – gemí de cansancio

Me hicieron correr por todo el complejo cargando una piedra, perdí la cuenta a la quinta vuelta, quería tirarme al suelo y morir

- bien – Aria me miró fijamente – ahora debes hacer 100 flexiones ¡al suelo! – vociferó

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora