CAPITULO 38

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ARIA'S POV

Mientras caminaba rumbo a la posada, giraba nerviosamente el anillo que reposaba en mi dedo anular, me sentía terriblemente tensa porque todo estaba tomando un rumbo extraño e impredecible, no sabía del todo lo que tenía Lillian en mente, y yo debía anticiparme sin conocimiento, debía pensar más allá para proteger a mi gente.

No pude dormir por la inquietud, mi mente trabajaba sin descanso por una alternativa, sabía que las diligencias demoraban mucho tiempo, pero debía intentarlo.

- mi reina –

- nos iremos a la abadía –

- si mi reina -

- los hombres volverán a la posada –

- como usted disponga –

Antes de comenzar nuestro recorrido, me dirigí al consultorio médico

- ¡ARIA! – el menudo hombrecillo se levantó de su silla

- Winn – sonreí

- hace mucho no te veía – él me abrazó

- he estado haciendo tonterías –

- espero que no muchas –

- no sería yo si no las hiciera –

- ven, siéntate... - me guió hasta su sillón - ¿quieres algo de beber? –

- no, tengo que irme –

-oh... -

- pero vendré pronto para que charlemos largo y tendido –

- eso espero –

- necesito pedirte un favor –

- ¡claro! ¿Cuál? –

- necesito que vayas a Kryptón y le entregues esta carta al rey Tristán –

- ¿ha pasado algo? –

- la papisa quiere iniciar la cruzada muy pronto –

- comprendo... saldré esta misma noche –

- gracias –

- no es problema –

Nos abrazamos para despedirnos y salí del consultorio...

Llegamos a la abadía cuando la luna estaba en su punto más alto, no sabía que hacer con los hombres, no podían entrar a la abadía y tampoco quería que cabalgaran, el viaje fue cansado

- podemos montar un campamento – propuso uno

- ¿seguros? –

- si majestad –

- está bien, pediré a las hermanas que por favor preparen comida –

- muchas gracias –

- Carin, vienes conmigo –

- claro -

Los dejamos instalando el campamento y nos encaminamos hasta los grandes portones de la abadía.

- ¿hiciste lo que debías? – me preguntó

- si –

- ¿Cuándo le enviarás la misiva a mi hermano?, sabes que se desespera –

- mañana temprano – respondí

- está bien –

Toqué la aldaba* rítmicamente, y esperamos con paciencia a que alguien nos abriera la puerta

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora