CAPITULO 27

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ARIA'S POV

Odiaba el hecho de que esa mujer estuviera en la abadía cuidando de mi gente, lo detestaba con toda mi alma, tenía miedo y rabia... rogaba a mi dios que por favor mis estudiantes mantuvieran las apariencias y que todo estuviera en calma...

- sabes lo que tienes que hacer, ¿verdad? –

- lo sé – Sam estaba muy seria – lo que hay que preguntarnos aquí... es si sabes lo que vas a hacer –

- no tengo idea – respondí con sinceridad

- te has perdido Aria... - me miró fijamente – pero voy a seguirte hasta el final –

- no sé por qué eres tan leal a mí – negué

- me regalaste mi libertad, y créeme que eso le gana a todo lo demás, y bueno, ambas tenemos las mismas convicciones –

- por favor Sam, cuida de ellas... -

- lo haré con mi vida –

- y cuida de ti también –

- lo haré, no hay nada aquí que pueda descarriarme y alejarme del camino de tan magnánimo Dios –

- yo creo que, si existe algo, o más bien alguien –

- ¿a qué te refieres? –

- a que he visto como miras a mi teniente –

- ¡no es ningún pecado!, es una chica hermosa y... -

- y ten cuidado, sabes que Rojas es de temer –

- lo sé, igual no es como si me le fuese a lanzar encima a tu querida teniente –

- pero ganas no te faltan –

- bueno no pero... -

- ten cuidado, oveja descarriada... - besé su frente – me voy –

- por nuestra libertad – dijo

- por nuestra libertad –

Salí de la abadía con mi caballo, necesitaba confiar en la prudencia de mis estudiantes y marcharme tranquila a cumplir lo que me encomendé.

Llegué al palacio al medio día, me sentía cansada y abatida, mi plan era asearme, comer y dormir un rato para luego hablar con la reina y encaminarme al puerto para empezar el viaje hasta Galia

- mi reina – me hinqué ante ella

- general – me concentré en el telar que adornaba el suelo

- si, majestad –

- por favor vaya a mi oficina, necesitamos hablar –

- como usted ordene – me levanté y caminé fuera del salón del trono con destino a la oficina

Esperé por un largo instante, me distraje contemplando los patrones que formaban las rocas en las paredes, definitivamente pensar tanto me hacía mal.

Abrí la puerta para darle paso a la reina, luego cerré tras de mí, se veía tan hermosa... pero notaba un rictus de cansancio y hastío

- mi reina... -

- la papisa me ha enviado una misiva – comenzó diciendo – me gustaría que me explicaras que es lo que planeas –

- pues... -

- quiero que seas franca conmigo... - su mirada me provocaba miles de cosas

- pediré ayuda al rey Marcus para amortiguar la mala situación que estamos pasando... -

DERRIÈRE LES PORTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora