No tan mestiza

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Jamás imagine que iba a comenzar las vacaciones junto a mi hermano. Era una de las personas reservadas, muy tranquilo y de carácter fuerte. Hacía un par de años que era auror. Yo quería seguir esos pasos. Creo que por eso me esfuerzo mucho en no romper las reglas.

Camino a casa, el viaje fue agotador. Ya era de noche. A pesar de que dormí un poco en el tren, fue un poco agotador. Al llegar a casa, mi hermano llevó mis cosas a la habitación. Por mi parte fui a saludar a toda la manada, mientras llevaba a Félix al patio para liberarlo. Casi lo tuve que soltar sobre mi cabeza. Todos los perros se me abalanzaron encima. Algunos largaban un ladrido agudo, que hicieron que me tuviera que tapar los oídos.

Antes de bajar a cenar, saque todo del baúl. La ropa limpia la guarde en el placard, los libros los fui acomodando en un estante de la biblioteca que tenía al costado de la ventana. Un pesado de papel se calló del libro de hechizos de tercer año. Era la letra de Fred. En la nota decía que los viera en la cocina de Hogwarts. Eso fue unos días antes de que me los encontrara y estuvieran enojados conmigo. Ahora lo entendía todo. Sabía que después de eso, y de no saludarlos en la estación, seguirían enojados. Creo que tratar de convérsenlos todo el verano, iba a ser una tarea difícil.

Al día siguiente, mis padres se habían ido. Estábamos nosotros dos solos. Me dirigí al jardín, junto a uno de mis perros. Era un poco incómodo acercarme y tener una charla con él. Si, es raro. Pero no sabía que temas entablar. Hacía mucho que no tenía una conversación con él. Jamás fuimos los hermanos a corazón abierto, pero ambos sabíamos que moriríamos el uno por el otro. Fui hasta donde estaba sentado. Mientras tomaba un té, escribía algunas cartas. Sin permiso, me senté en el otro asiento del lado izquierdo.

- ¿Dormiste bien? - El sol hacia que entrecerrara un poco los ojos.

- Si... ¿Hasta cuando te quedarás?

- Un par de semanas. Tome unos días libres en el ministerio. - Asentí. - ¿Cómo fue tu año?

- Bien. Estuvo bastante... divertido.

- ¿Audicionaste para el equipo de Quidditch?

- Si, pero eligieron a una amiga. Igual pude jugar un el último partido. Ella tuvo un accidente, y tuve que reemplazarla. - Se me quedó mirando, esperando que le dijera la verdad. - No hice nada. Yo no provoqué ese accidente... Algunos piensan que lo provocó ella mismo.

- Puede que sean estresantes los partidos, pero no creo que se lesione solo por no jugar uno.

- Si te enfrentas contra Slytherin, creo que cualquiera lo haría.

- Tú no lo hiciste.

- No. - No quise decirle sobre lo que hice antes del partido, porque sabia que iba a terminar mal esa conversación. - Fue duro. Pero salimos ganando. Aunque no la copa. Pero ganarles a Slytherin, es bueno. - De nuevo unos minutos en silencio.

- ¿Sabes que tienes que presentarte en unos días? - Deje de prestar atención a uno de los perros para mirarlo fijo. - Es mi primer año en el lugar. Yo te llevare. No hace falta que vaya mamá o papá.

- Pero... No hice nada. Hace meses que no mando a nadie a la enfermería, o hago magia cerca de un muggle... Bueno, eso tiene que ver con que estuve en la escuela. Pero aún así.

- Es solo para controlar que todo este bien. Es raro ver a una bruja primeriza con habilidades como una avanzada. En el ministerio estas registradas como posible peligro...

- ¿Disculpa?

- No te alborotes. No tenía que decirte esto. No le digas a mamá que yo te dije.

- Genial, una mestiza amenaza al mundo mágico. - Se extraño al escuchar eso.

- ¿Por qué mestiza?

- No somos puros. Papá no es mago.

- Pero la bisabuela si lo era.

- ¿Quién?

- La abuela de papá. La madre del abuelo, era bruja. - En ese momento, mi cerebro estaba tan confundido que no pude decir ni una palabra. - ¿Papá jamás te lo dijo? - Negué. - Su abuelo era un muggle, pero la abuela no.

- Entonces... No somos tan mestizos como pensaba.

- Deja de pensar que lo somos. Tú eres una bruja. No importa que sean nuestros padres o familia. Solo tienes que ser tu misma, y cada día ser tu mejor versión.

- ¿Qué pensará el ministerio sobre eso?

- No pienses en eso. Solo sé tu misma. Trata de controlar la magia. No te enojes o te desesperes. Piensa antes de mover tus manos.

Mientras terminaba su última carta, seguía pensando en el ministerio. No creo que sería difícil saber manejar mis impulsos, pero no estaba bien segura hasta que ocurriera algo. Seguía viendo a los perros jugar con una cuerda. Pensaba que la vida de ellos sera más fácil que la mía. En ese momento quería estar en su lugar.

Para el mediodía, se me ocurrió tomar el diario. Lo había olvidado. Cuando lo abrí, tenía una hoja entera escrita. Quería responder, pero pensé que era mejor enviarles una carta a los gemelos y a Sam, que hablar con alguien que no sabía quien era, pero que lo conocía. Si, confuso.

Mi vida en Hogwarts 3er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora