Escapar de la torre

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- Porque se que al final de esta guerra, no me amaras....

Esa frase seguía en mi cabeza, la noche del sábado. Acostada, miraba a través de la ventana los banderines del campo de Quidditch, con el estómago gruñendo en silencio, no lograba dormir. Me hubiese gustado saber si era la única, o si Austin, Luke o los gemelos estarían pensando en lo que paso.

El reloj que tenía en la mesa marcaba la una. El silencio solo se rompía cuando una de las chicas se movía. En silencio tome el diario que tenía entre los libros. Lo abrí con cuidado. Con la ayuda de la luz de la luna, comencé a escribir un par de hojas más adelante, ignorando lo que estaba escrito.

- A quien corresponda... Se que no te he hablado desde que llegamos, pero no puedo dormir. En solo dos días pasaron muchas cosas - Me detuve. Había escrito por puro impulso. No sabía si la otra persona respondería.

- Vi la pelea. Creo que tengo competencia. - Respondió.

- Quiero saber quien eres.

- Tú ya lo sabes. Pero no te confirmaré nada. Quiero seguir siendo anónimo por un tiempo.

- ¿Por qué? ¿Piensas que si descubro quien eres... esto se acabara? ¿Que no te tratare de la misma forma? - Quería hablar con Luke. Sentía que necesitaba hablar con él.

No espere su respuesta. Tome mi capa del uniforma y me lo puse encima del pijama. Se que era una locura salir del dormitorio sola de noche, pero necesitaba despejarme. Y también quería probar si me encontraría a alguien en el camino. Ya preparada, camine en silencio hasta la entrada a la torre. Observe varias veces antes de salir. Sentía la adrenalina muy elevada.

Cuando al fin crucé la puerta. Estaba completamente nerviosa. Era la primera vez que rompía las reglas. Me hubiese gustado que hubiera una forma de avisarle a alguien que querías verlo enseguida, para no sentirme aterrada. De apoco iba caminando por los pasillos ocultándome. Lleve el reloj conmigo, para no estar desorientada. Al llegar a una esquina me di cuenta que caminaba a la nada. No tenía una idea clara de adonde quería ir.

- ¿Estas perdida? - Un susurro familiar se escuchó detrás mío. Me había paralizado. - Tranquila, soy yo. - Al darme vuelta, un Luke en pijama estaba detrás mío. Tenía el pelo recogido hacia atrás. - No deberías vagar sola por los pasillos. Snape te podría atrapar y quitarte más puntos, de los que ya te lo han quitado. - Seguía susurrando.

- No podía dormir.

- Yo tampoco. Me gusta recorrer el castillo de vez en cuando. Tengo un poco estudiado los movimientos de los profesores, de los fantasmas y Filch. - Con la luz reflejada en su rostro pensé, Luke no esta tan mal. - ¿Quieres ir a algún lado? Solo hasta que te canses de mí y quieras ir a dormir.

- Yo te sigo.

- ¿Quieres hacer la representación del cuento muggle? Te recuerdo que la capa, en ese cuento, era roja, no azul.

- Solo me la puse encima para no tener frío con el pijama. - Por decir eso, el me abrazo.

- Es para que no pases frío... Vamos por aquí. Hay un pasillo donde nos podemos ocultar.

Caminamos unos pasos más, para chocarnos con uno de los pasadizos que los gemelos me habían enseñando. Recordaba haber memorizado algunos de ellos. Ha pesar de lo que decían de él, no me importó seguirle el juego. Si, estaba nerviosa, pero no asustada. Nos sentamos en el suelo. La poca luz que teníamos era de la luna.

- ¿Cómo estás?

- Bien, ¿y tú?

- También... ¿Qué paso en el desayuno?

- No quieres saberlo. Fue una tonta pelea. Austin se enojó porque los gemelos se me tiraban encima. Intervino su hermano, y comenzó la pelea.

- El pelirrojo grande me cae bien.

- ¿Percy? - ¿En serio?

- Si. Es diferente a tus dos amigos.

- Son como mis hermanos.

- Lo noto en tus ojos... - Me miró fijo. - No son como tus hermanos. - No sabía que decir. Silencio por unos minutos.

- Luke - Levantó la vista para verme. - ¿Que quisiste decir con la frase: "al final de la guerra, no me amaras"? - Se acercó hasta donde estaba.

- Es... algo que se.

- ¿Sobre que?

- No tengo permitido decírtelo.

- ¿Por qué?

- Porque... más adelante, cuando sea el momento, te lo dire.

Sus ojos me llamaban. No podía contener tenerlo frente mío. Seguíamos mirándonos fijos. Hasta que en un momento, no aguante más. Me acerqué lo más que pude hasta él. Nuestros labios volvieron a unirse. Esta vez, con más deseo que la vez anterior. A pesar de que su rostro estaba frío, sus labios no. Era tan dulce besarlo. Admito que me gustaba demasiado. Ese fuego, después de un par de minutos, se fue apagando.

- Creo que debo llevarte de nuevo a la torre. - Dijo mientras apoyaba su frente con la mía, cerrando los ojos. - No quiero... pero debo ayudarte a que no te metas en problemas.

- Rapunzel era liberada de la torre, yo debo volver a ella.

- Si, pero a ella no le quitaron los puntos de su casa.

Antes de irnos, nos paramos. Nuestras miradas volvieron a cruzarse. Eso vasto para apoyarme en la pared y volver a besarme, mientras sujetaba mi cintura. Les digo la verdad, no quería dejar de besarlo. No me importaba quedarme ahí por una eternidad. Quería besarlo, hasta que me ardieran los labios... o quizás... hasta que olvide a los demás.

Mi vida en Hogwarts 3er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora