Durante la cena, me costaba mucho concentrarme en la conversación. Quería saber que había en ese paquete. Podía tomarlo para abrirlo allí. Esa sería una buena idea, hasta que la lluvia de preguntas comenzara a aparecer, unos segundos después de tener el objeto en mis manos. Eso era lo malo. No dejaba de pensar que otro objeto sería. El paquete no era tan grande. Quizás de unos cinco a diez centímetros.
- ¿Cómo están tus compañeras? ¿Hablaste con alguna de ellas?
- Si. Ya recibí algunas cartas. No las leí porque estaba acomodando las cosas de la escuela. - Si a eso se le llama hablar con un desconocido a través de un libro...
- Ya le dije lo del ministerio. - Deje de prestar atención al paquete, para notar lo que decían en la mesa.
- Ah. Bueno... era algo que pensaba hablarlo más adelante, pero si ya discutieron sobre ello.
- ¿Qué debo hacer allí?
- Solo te harán preguntas. Quizás... harás algunas pruebas...
- ¿Pruebas? - Lo interrumpí casi a los gritos. - ¿Tendré que hacer algún examen?
- Solo demostrarles hasta que punto avanzaste.
- No te preocupes. El que te evaluara es Moody.
- ¿El hombre que tiene ese poder en el ojo?
- ¿Cuál poder? - Todos se reían por ese comentario. Por mi parte estaba aterrada.
- Tranquila. No es malo. Solo es exigente. Se tú misma. Demuéstrale que eres capaz de controlar tus emociones. Si logras eso, la magia que hagas, será... normal.
- ¿Normal? ¿Qué es normal? Un muggle piensa que es normal, y todo el mundo mágico, no. Ahora... Viviendo en el mundo mágico, donde "soy normal", descubro que soy la rara.
- No dijimos eso.
- Pero soy un peligro para los demás.
- Tampoco dijimos eso.
- Pero eso es lo que piensan ellos. - Hubo un silencio absoluto.
- No. Solo...
- Quieren saber que tan peligrosa soy.
- Cambiemos de tema. Se nota que estas muy estresada y bajo mucha presión. Comamos en paz. - Dijo mi padre para terminar con la conversación.
Después de comer, fui hasta la habitación. Cerrando la puerta con la mano izquierda de espaldas, fui como un zombie hasta la silla del escritorio. Con mis dedos repasaba los marcos del diario sin abrir, con la mente en blanco. No podía creer que en tan solo dos años en el mundo mágico, ya era una amenaza. Quizás volvería a la escuela muggle, pero no se si sea con mi propia voluntad.
- ¿Puedo pasar? - Volteó para darle la autorización con la cabeza. - Escucha, se que ninguno de nuestros padres quieren que te diga, pero debes saberlo para estar preparada. La razón por la cuál te llaman... es... ¿Recuerdas al chico? ¿Harry Potter? - Asentí. Él se sentó en la cama. - Bueno. Hay un rumor que dicen que vio a... tú sabes.
- Si, el que mató a sus padres.
- Bueno... Él dijo que lo vio. No sabemos si es verdad o no. Pero el director de la escuela esta en alerta por ese tema.
- ¿Crees que puede ser cierto?
- Nadie vio su cadáver. No se sabe si de verdad murió o no. Y que llegue él y supuestamente aparezca. No creo que sea una coincidencia.
- No lo creo. Según lo que dijo Ron, él vivió con la hermana de su madre, que es muggle. Y recién se entero de todo antes de ingresar a Hogwarts. No creo que se haya tomado el tiempo se investigar para inventar lo que vivió. Esa escuela esconde muchos secretos.
- ¿Y tú como sabes?
- Me lo dijeron. - Gire del asiento algo nerviosa. No quería decirle lo que viví con los Weasley.
- Bueno. Según lo que paso este año en la escuela, el ministerio quiere estar preparado. No quiere que se le escape ningún detalle.
- ¿Piensan que soy una amenaza?
- Después de lo que paso. No lo sé. Pero quieren tenerte vigilada. Pero no te preocupes, seguramente Moody no será tan severo.
- No creo.
- Relájate por unos días. No pienses en lo que sucederá. Quizás cuando lleguemos solo te hagan preguntas y nada más. No sabemos que ira a suceder. Solo ve a dormir. Mañana sera un gran día.
Para él era fácil decirlo. No tenía que cargar con el peso de ser el blanco perfecto para acusar si pasaba algo. Esperen... En los últimos meses, pasaron cosas horribles, y no estuve en el lugar. Además los profesores fueron testigos de mi mejora con la magia. El único que podían tener en la mira es al niño que sobrevivió. Esperaba que eso fuera suficiente para calmar las aguas. Lo único que tenía que hacer todo el verano era no meterme en líos. Pensar antes de actuar, para no tener encima otro rastreador, como el que tenemos todos los magos y brujas menores de diecisiete años.
Miré el diario con la mente en blanco por unos segundos. Al llegar con el dedo índice izquierdo a la parte de arriba de la tapa, recordé el paquete que había dejado en la cocina. Rápidamente fui a buscarlo. Cuando llegue a la cocina, no estaba en su lugar. Busqué por todas partes, hasta en el tacho de la basura. Tratando de mostrarme un tanto tranquila, busqué a mis padres para preguntarles donde lo habían dejado, pero antes de hacerlo, mire de reojo el escritorio de mi habitación cuando pase. El paquete estaba allí, junto con mi madre sosteniendo el diario en sus manos. En ese momento, quería que me comiera un dragón Eslavo.
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Mi vida en Hogwarts 3er año
FanfictionEl tercer año esta por comenzar. Nuevas sorpresas le esperan a ____. Entre una charla con su hermano, hasta ¿un beso inesperado? Un año más lleno de aventuras y nuevos retos. Solo espera mantenerse alejada de la enfermería o el ministerio. ¿Lo hará?