¿Predicciones?

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- ¿Tenemos que comer solas? - Ya que todos habían vuelto a casa, éramos las únicas de Ravenclaw.

- ¿Son tan aguafiestas que van a comer solas? - Gritó Fred desde su mesa.

- Vengan con nosotros. - Nos ofreció George.

- Estamos bien aquí. - Respondió Megan, a pesar de que ella se había quejado por comer solas.

- _____, Mathews, si quieren pueden sentarse en la mesa de Gryffindor. - El profesor Flitwick había notado nuestra conversación.

- Gracias, Profesor. - Le agradecimos, mientras nos dirigíamos a la mesa.

- ¿A nosotros no nos agradecerán? Fuimos los de la idea.

- Gracias, Weasley. - Agradeció con ironía.

- De nada, Mathews. - Le respondió Fred del mismo modo.

De la nada, Megan comenzó a reírse. Al principio creí que se estaba acordando de las plumas, porque miraba a los gemelos, pero al notar que también veía a Percy, entendí todo. Uno de ellos, creo que fue Fred, había cambiado las letras de la insignia de prefecto, por la frase "cabeza de chorlito". Casi escupo el jugo de calabaza encima de Megan.

- ¿Algo les causa gracias?

- Recordé cuando Megan se tropezó en las escaleras de la torre. - Mentí.

- ¿No sabes caminar, Mathews?

- Es... olvídenlo.

Al terminar la cena, teníamos que volver a las torres. No queríamos, pero el frío era inaguantable. Y los únicos lugares donde habían chimeneas era en el Gran Salón o en las salas comunes. Se me habían ocurrido enviar lechuzas para hablar con los chicos. Quería descartar la idea, al pensar en que sería cruel enviar a las lechuzas a exponerse a esa temperatura. Pero los chicos lo quisieron hacer igual.

Era divertido. Nos gustaba más que otras veces, porque no teníamos que esperar horas o días para recibir la respuesta. Los pergaminos se iban acumulando en la sala común, al pasar las horas. Pasada las doce, George era el que me escribía. Tome todos los pergaminos. Antes de ir a la habitación, revise que no me hubiese olvidado ninguno.

- Siento lo de la pluma. No sabía que le habías contado a otros que te gustaba esa pluma. Pensé que sería una buena sorpresa. Pero salió mal.

- Deja de lamentarte. No entiendo como Austin y Luke supieron que me gustó esa pluma. Tu estabas conmigo, ellos no. Lo único que espero es una dedicatoria, para la próxima vez.

- ¿Cox y Adams te enviaron esos regalos? Bueno... no me sorprende que tus tutores te regalaran algo. - No había notado que le dije quienes eran las otras dos personas que me enviaron las plumas. - Sera mejor que duerma algo. Mañana te veo en el desayuno. Descansa, _____.

- Descansa, George. - Finalice.

Félix estaba cansado, para que no se enojara conmigo, iba a dejar que descansara toda la semana. Antes de cerrar los ojos, vi uno de los pergaminos que colgaba desde la cómoda. No note el momento en que comencé a soñar. Estaba en uno de los pasillos de Hogwarts. Tenía un vestido, no lograba distinguir bien sus detalles, pero sabía que era hermoso. Iba caminando por los pasillos hasta uno de los pasadizos que aparecían en el mapa del merodeador. Al meterme en ese lugar, estaba esperando a alguien. Sentía los nervios, quería morderme las uñas, pero al verlas pintadas, no podía tocarlas.

- Perdón por la tardanza. - Era George. Tenía un traje un poco desgastado. Y... estaba diferente. Había crecido. - Te vez hermosa.

- Gracias. - Me ruborice.

- _____.... - Ambos reímos.

- George...

- Te amo. - Se me paralizo el corazón. Sentía escalofríos en mi espalda.

- George...

- Siento ser tan directo.

- Siento que estuve enamora del gemelo equivocado...

- ¿Yo soy el equivocado? - Desvió la mirada.

- No. - Me acerque a él. - En este momento, eres el correcto.

- Creo que le gustas más a Fred. - Lo bese.

- Creo que me gusta más su hermano. - El tomó mi cintura, para acercarme más a su cuerpo. Tenía una sensación diferente a la que había sentido con Luke. Sentía fuego por dentro.

Antes de que se descontrolara, la escena cambio. Iba caminando por el pasillo del baño abandonado de damas. Un gato gigante salía corriendo de allí gritando: "no me veas, no me veas". Sin hacer caso, lo vi hasta que desapareció de mi vista. Al darme vuelta, Luke estaba a unos pasos, vestido un traje de negro. Al igual que George, se veía mayor. En ese momento sentía dolor y rencor hacia él.

- Debes hacerlo.

- No, Luke.

- Debemos hacer esto para salvarte.

- ¿Salvarme? - Estaba furiosa. - ¿Esto es lo que querías en estos años? ¿Comprar mi confianza? ¿Pretendes que con la excusa de "protegerme" me convierta en tu esposa.?

- Si te casas conmigo estarás protegida, y podrás escapar.

- No te creo.

- Créeme - Se acercó hasta mi. - Te enviaré con Weasley. Él te protegerá.

- No...

- _____, no seas necia.

- No puedo confiar en un mortífago, mortífago, mortífago.... - Desperté ahogada. No podía respirar. Megan se despertó, corrió hacia mi para socorrerme. - Mor... Mortí...

- ¿Mortí?

- ¡Mortífago! - Ella se alejó de golpe, como si le hubiese dado un empujón. - Luke.... - Seguía sin aliento.

- ¿Luke?

- Mortífago.

- ¿Luke mortífago? - Asentí. De apoco me iba incorporando. - Pero... si ya no existen... Oh, no.... ¿Luke abra abierto la cámara secreta? ¿Él no sea el heredero de Slytherin y nos hizo creer que Potter lo era?

- No... Luke...

- Mataré a Adams...

Mi vida en Hogwarts 3er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora