Adivinación

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- Levántate. Vas a llegar tarde a desayunar.

- Debo bañarme. - Le respondí a Megan con los ojos cerrados.

- Entonces hazlo. - Con el pelo mojado, llegue al desayuno. Félix me entrego un diario y una carta azul con letras doradas. - ¿Por qué no te secaste el pelo?

- No puedo hacer magia sin un supervisor. - Le respondí con media avena en la boca, mientras leía el diario.

- Te lo seco yo. - Sin prestar atención al movimiento de Emily, tome la carta y la guarde en la mochila.

- Gracias. ¿Vamos?

Ese año teníamos más materias. Cada año que pasaba, se iban agregando. Para aprender de todo un poco, con las chicas se nos ocurrió dividirnos. Algunas tomaríamos las clases de astronomía y otras adivinación. Emily y yo tomaríamos la clase de adivinación.

- Es horrible.

El lugar era muy sofocante. Las ventanas estaban todas tapadas, y la chimenea que había en el fondo no ayudaba mucho. Con Emily nos sentamos en una mesa redonda, donde había unos compañeros de nosotros, Daniel y Stephen. En el medio una bola grande nos dividía.

- Bienvenidos, niños míos. - La profesor Trelawney, se acercó hasta nuestra mesa. - Oh, querida, lamento mucho lo de tu hermana. - Le dijo a una chica de Huffelpuff que estaba a dos mesas de la nuestra. - Para los que no me conocen, soy la profesora Trelawney. - Se alejó un poco de la chimenea para poder seguir viendo a los demás. - Veo una cara familiar por esta mesa. - Señaló donde estábamos nosotras. - No te preocupes por elegir, querida. Con cada uno tendrás una historia diferente. Y en una de ellas, está relacionada con ambas. - Me dijo. Con Emily nos miramos. En ese momento, no entendía que me quería decir.

- ¿Qué dice? - Susurró Stephen.

- Es mejor que no uses ese regalo que te envío tu abuela. Podrías romperte una pierna. - Otro chico de Huffelpuff estaba confundido.

- Esta parte del año leeremos las hojas del té. - Cada uno tomó una taza. Mientras nos explicaba que íbamos, todos estábamos en silencio. - Elijan pareja. Mi niño, no te recomiendo que comas de más en el almuerzo. Una cama te esperará en la enfermería a la tarde. - Daniel, quien era conocido por comer como si no hubiera un mañana y siempre estar delgado, no sabía que decirle. - Ustedes dos - Pensé que Emily estaría arrepentida por tomar la clase, pero ambas sentimos curiosidad por saber más sobre las predicciones de la profesora. - Tienen esa magia que hace falta en esta materia. No la desperdicien.

- ¿Debemos tomar todo el té? - No sabía tan bien como pensaba. Seguimos las instrucciones de la profesora. - ¿Cómo sabremos cuando cae la última gota? - Le pregunté a Emily por miedo de quedar en ridículo.

- Volteen sus tazas y descubran que ven.

- Veo una mancha negra. - Emily solo prestaba atención al libro. - ¿Que vez?

- Bueno... - En la taza de ella tenía diferentes formas. Una de ellas, era como la mitad de un sol. - Creo que estas maldecida, según el libro.

- No necesito un libro para darme cuenta de eso. - Buscaba entre las páginas el significado de los símbolos de su taza.

- Esto... esto quiere decir... - Se quedó pensando en el significado. - Tienes el corazón dividido...

- ¿Estas leyendo el té o solo haces un repaso de mi vida?

- ¿Como va todo por aquí? - Se acercó la profesora. - Ah si. Si, si. - Tomó la taza que sostenía Emily, luego la mía. - Ustedes están destinadas a estar juntas. Luego del caos, la unidad será más fuerte. - Las dos miramos las tazas cuando las puso en la mesa. - Ese beso que esperabas, no lo recibirás de esa persona. Será de alguien inesperado. Eso no quiere decir que jamás abra un beso entre ustedes. - Dijo, mirándome a los ojos, con sus anteojos grandes. - ¿Ustedes que tienen? - Paso a la siguiente mesa.

- ¿Qué beso? - Creo que sentía el té en la garganta. - ¿A quién ibas a besar? - Mi amiga esperaba una respuesta. ¿Qué le iba a decir? Que pensé que su hermano y yo nos besaríamos, pero no paso nada? - _____, dime.

- No lo sé. - Le mentí.

- ¿Estuviste a punto de besarte con Weasley? - Seguía con el trago amargo.

- ¿Crees que sea cierto?

- ¿Lo que dijo? Creo que si.

Más tarde. Estaba callada durante el almuerzo, mientras Emily contaba todo. No podía dejar de ver a la gente en las mesas. Bueno... en realidad, a Fred, Austin y a Luke. A lo lejos, también lo veía a Sam. Cuatro chicos, ¿cuatro historias diferentes? Con Sam casi no me hablaba. Él estaba en su mundo, y yo en el mío. Solo nos saludábamos en clases o en las comidas. Todavía estaba en la mente sobre lo de Luke. Pensaba como podía saber si él era el chico del diario o no. Recordé sacarlo para leerlo. Desde que volví, no lo había tocado ni una sola vez. Con Austin era seguro que iba a pasar algo. Solo tenía esa información. Y Fred... era más fácil besar una rana que a él. Quizás tendría que esperar por más tiempo con él.

- Diferentes historías. - Repetía Emily. - ¿Quién sera el primero en dar el paso?

- ¿Quien te gustaría que lo diera primero? - Preguntó Megan.

- Habría que preguntarle a la profesora Trelawney.

Mi vida en Hogwarts 3er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora