Un nuevo sospechoso

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Dos días sin tocar el diario. Una carta de los gemelos, otra de Megan y Emily. Ya casi había pasado un mes desde que salí de la escuela, y seguía aburrida. Desde que estaba allí solo había salido unas diez veces. Eso era poco. Pero solo era para ser lo más cautelosa posible. No quería salir, y que por una pequeña cosa, sin querer, hiciera magia.

Se me ocurrió buscar unos viejos cuadernos con hojas lisas, para poder distraerme dibujando. Pensé que lo lograría, pero cada trazo que hacía terminaba siendo algo relacionado con un corazón o algo romántico. Aún así, seguí intentando. Mientras Félix y otras dos lechuzas llegaban con cartas, iba llevando la novena hoja.

Al tratar de bajar los pies de la cama para ver las cartas, se enredaron los pies, haciendo que cayera de boca contra el piso. Gire hacia el lado derecho, sujetándome la cabeza. Sentada en el piso, un poco molesta, tome una de las cartas. La primera era de Emily. Decía que su hermano estaba extraño, jamás lo había visto así. Por su parte, ella había salido muy seguido con una vecina que se había mudado recientemente. Como era de esperar, también le gustaba Austin.

Deje la carta arriba de la cama para ponerme de pie. Por curiosidad abrí el diario. Leí cada palabra. La otra persona pensaba que no me habían devuelto el libro. En ese momento pensé hacerme pasar por mi hermano. Quizás al fin sabría quien era esa persona. Aunque no sabía como hacerlo sin que se diera cuenta de que era yo.

- ____, te vinieron a ver.

Al ir para la entrada, tenía miedo de que fuera el ministerio. Había comenzado a sudar cuando, desde la cocina, se escuchaban risas. Era un sonido familiar, antes lo había escuchado. Dos pasos hacia allí, note que el señor Weasley estaba sentado junto a mi padre, ambos tomando té. En ese momento pensé, "¿qué demonios?"

- Hola señor Weasley. Que sorpresa. - Estaba un poco nerviosa.

- Hola ____. ¿Cómo haz estado?

- Nerviosa.

- Me imagino. Cualquier persona de tu edad lo estaría. - El señor Weasley hacía que extrañara a su hijo. - Ah, antes que lo olvide. Charlie y George me dieron estas cartas para ti. - Con un poco de temblor en las manos, los tomé. - No debes estar nerviosa. Eso te va a hacer mal. Si confías en tu poder, nadie podrá juzgarte mal.

- Tengo miedo de no hacer bien las cosas, y que termine yendo a una escuela normal.

- ¿Por qué piensas eso?

- No es normal que una persona de mi edad haga magia avanzada.

- ¿Cómo que haces magia avanzada? ¿De donde sacaste esos libros? - Se lo notaba un poco enojado a mi padre.

- Solo susurro... bueno, más bien... Mentalizo las palabras mientras muevo la varita y hago el hechizo. No como los demás que tienen que pronunciarlas.

- Bueno, estas un poco adelantada en como hacerlo. Pensé que hacías hechizos avanzados. - Negué con la cabeza mientras trataba de abrir una de las cartas.

- "Querida ____. Hace tiempo que no nos hablamos. Cada semana me pregunto como estarás, que travesura nueva haz hecho, y si mis hermanos no te involucraron en algo nuevo. Yo sigo cuidando de cerca a Norberta, el dragón de Hagrid. No se si lo haz conocido. Es realmente hermoso. Mándale mis saludos a tus padres y hermano. Espero una respuesta pronta. Saludos, tu buen amigo, Charlie. PD: Avísame si los otros dos te meten en problemas."

- ¿No, ___?

- Si. - Ni siquiera sabía de que estaban hablando.

Adoraba a Charlie. Siempre quería escribirle, pero en los últimos meses, perdí toda noción y conexión con el mundo que había dejado en el primer año. Antes de abrir la otra carta, mi cerebro comenzó a funcionar descontroladamente. ¿Y si era Charlie el del libro? Digo, no tuvo noticias mías en mucho tiempo. ¿Y ahora se le ocurre mandar una carta? ¿Que pasó en las semanas anteriores? ¿Y si él, que sabe de magia avanzada hizo el libro para sentir que está más cerca de mí, y quizás para que no lo olvidara?

Luego de comer algo, me despedí amablemente del señor Weasley, alias futuro suegro. Shhh. Perdón tenía que decirlo. Aunque no lo merecía, por engañar a su hijo en mis pensamientos. Volviendo al tema... en la habitación, saque varias hojas y comencé a escribir en cada una de ellas a las personas que me parecían que tenían que ver con el cuaderno. Charlie, Austin... ¿Solo ellos dos? ¿Que tal William? Él dijo que me iba a extrañar.

Recuerdo que mi hermano me dijo que es de buena familia, como los Weasley. ¿Que otras familias conocía? Hogwarts tenía a muchos chicos con buena familia. Estaba tan estresada con la idea de quién era, que hasta se me cruzó por la cabeza que la otra persona era una chica. Pero eso me hubiese dicho mi hermano. Claramente dijo algo sobre él, no ella. Así que la descarte de inmediato.

Ese diario me volvía loca. Estaba desesperada por saber quien era el que estaba del otro lado. La obsesión había subido a tal nivel, que olvide de leer las cartas que me faltaban e incluso responder la de Emily. Seguramente si fuera Austin, pasaría tiempo con las chicas y no tan pegado al diario, pero su hermana me dijo que estaba raro. Hasta ese punto, no sabía que pensar o creer. En ese momento solo esperaba poder dormir, aunque lo hice... a las 3:43 de la mañana.

Mi vida en Hogwarts 3er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora