Como de costumbre, otra noche sin dormir. Me levantaba, miraba a la puerta, a la ventana. Volvía a la cama. Miraba de nuevo la ventana. Pensaba en Megan, Emily... y Austin. Odiaba pensar en él, pero lo hacía. Recostada sobre la espalda, miraba el techo pensando en su rostro. Sus ojos, su pelo... Incluso su voz me hacía extrañarlo aún más. Trataba de cerrar los ojos e imaginar algo para entrar en el camino hacia el sueño profundo.
Mientras tenía los ojos cerrado, por la nariz percibía un aroma agradable. Algo tocaba mi brazo derecho, algo comenzaba a abrazarme lentamente. Al girar, unos ojos verdes muy conocidos, me miraban. Gire con todo el cuerpo para estar frente a frente. Sus labios gruesos, su piel suave. No podía resistirme. Era tan fuerte el sentimiento, que podía sentir muy bien los latidos del corazón. Pero lentamente, esa imagen se desvanecía. Quería aferrarme a ese momento. Trataba de no abrir los ojos, de no moverme. Pero el sonido de una pata rasguñando la ventana era más fuerte.
Abrí los ojos. Ya era de día. Un búho marrón seguía golpeando el cristal.- Ya voy, ya voy. - Le decía, mientras me levantaba a regañadientes. - Hola, amigo. ¿Qué me traes? - Luego de darme la carta, dio media vuelta, pegándome con su ala izquierda, antes de tomar vuelo.
<<Ya tenemos tu libro. No te preocupes, te lo devolveremos.>> Tomé la pluma para escribir en el nuevo diario, pero cuando una gota de tinta cayó, también lo dice yo. Estaba hablando con una persona que no sabía su nombre. No quería decirme nada de como era. El pánico se apoderó unos instantes. Cerré los ojos para tranquilizarme. Recordé esos ojos... Al abrirlos se me ocurrió una idea. Tome toda la tinta que podía y me desahogué.
- Lo siento. Estos días he estado muy alterada. No se si eres el indicado para escuchar esto, pero... durante las vacaciones he soñado mucho con un chico. Él me gusta mucho, y estoy muy mal por no hablarle o incluso verlo. Creo que es lo más estresante de todo. Tengo ansiedad por volver a verlo... y... se ha sumado esto del diario. Es todo confuso. - Unos minutos más tarde... nada. Dos horas más... nada. Esa misma noche... nada. - Creo que te lo tomaste para mal. Lo lamento tanto...
- No me lo tomo a mal. Quizás ese chico sea yo. - Sentía como si él estuviera a dos pasos delante mío.
- ¿Cómo sabes si eres tú?
- Mi querida ____. Tus amigas no son muy silenciosas a la hora de hablar.
- ¿Eres un Ravenclaw?
- No.... quizás... algún día lo sabrás... - ¿Cómo iba a descubrir quien era? De nuevo mi mente se quedo en blanco.
- Vamos, ____. Piensa... piensa. - Me decía, mientras acariciaba el borde del diario con la pluma.
Una parte de mi deseaba con todo el corazón de que fuera Austin. Pero no quería ilusionarme mucho, porque sabía que si no lo era, iba a terminar decepcionada.
- Ya recuperé el cuaderno.
- ¿En serio? ¿Lo tienes tú? - Tenía que mentirle.
- Lo tengo oculto. No quiero que nadie lo vea. - Entonces se me ocurrió algo. - Si me pasas tu dirección, te lo podría devolver.
- Buen intento, ____. Pero vas a tener que aguantar mi anonimato.
Quería tirar el diario por la ventana. Estaba cansada del 'anonimato'. Necesitaba respuesta. La mejor forma de hacerlo era buscando a la artillería pesada. Iba a tener que desahogarme y contarles a las dos personas que más confianza le tenía. Megan y Emily.
Escribí la primera carta con la mano temblorosa, haciendo que la letra fuera un tanto confusa. Les decía todo sobre el diario, incluso la parte sobre los gemelos. Solo esperaba de que no se enojaran conmigo, en especial Megan.
Buscando entre los papeles de los cajones del escritorio, no encontraba ningún sobre. Fui hasta la cocina, para ver sí alguien me podía acompañar a comprar más sobres. Como estaba sola, tuve que ingeniárselas para armarlos con los pergaminos que me habían sobrado de la escuela. Busque en la biblioteca de mi madre un libro donde te enseñaban manualidades muggles, para poder sacar un boceto de un sobre o algo parecido.
Una hora más tarde, estaba lista para enviar las cartas, el problema era, que no encontraba a ningún búho. En ese momento pensé que nada más me podría salir mal. Casi tres horas más tarde, todavía no los encontraba. Mi madre había llegado, le pregunté si había visto aunque sea a Félix. Resulta que había llevado un paquete para la amiga de mamá. Tenía que esperar hasta la noche.
Tome el libro de manualidades para lograr distraerme. Busque papeles, cinta, lápices, todo lo que tenía a mano para poder hacer algo del libro. Mientras en el diario, aparecían letras. No le di importancia. Aunque siendo sincera, quería saber que decía. Quería distraerme hablando con él. Aunque no sabía quien era, quería seguirle la corriente. Se había vuelto una opción. La mejor opción para distraerme ese verano.
Félix apareció con un sobre en si pico. Con cuidado se lo saque. Pegué un pequeño grito que hizo que se asustara un poco. Era de Austin. La deje a un lado. Le di las dos cartas. Mientras se iba, tome la carta. Como una loca, olfateé el sobre. Y si, tenía ese perfume llamativo que lo identificaba. Deseaba que ese aroma saliera del libro, para saber si realmente era Austin quien me hablaba.
ESTÁS LEYENDO
Mi vida en Hogwarts 3er año
FanfictionEl tercer año esta por comenzar. Nuevas sorpresas le esperan a ____. Entre una charla con su hermano, hasta ¿un beso inesperado? Un año más lleno de aventuras y nuevos retos. Solo espera mantenerse alejada de la enfermería o el ministerio. ¿Lo hará?