La reconciliación

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A las tres menos cuarto de la mañana, Luke me dio el último beso. Antes de entrar a la habitación, escondí la capa para que pareciera que volvía del baño. Nadie noto mi ausencia. Con una sonrisa en el rostro, pensé en no decirles a las chicas lo que había hecho. Ya que sus reacciones volaban en mi mente. Decidí guardarme esa noche solo para mí.

Desperté con el sol en la cara. Eran las nueve, cuando vi que Cho se estaba vistiendo con parte del uniforme de Quidditch. Miré por la ventana, para ver el campo. No se notaba movimiento en el lugar. Tampoco recordaba de que ella nos haya dicho algo sobre que iba a volver a los entrenamientos.

- Cho... - Ella levantó la vista para mirarme. - ¿A dónde vas?

- Roger nos convocó para que vayamos a entrenar hoy. Le pidió permiso al profesor Flitwich, para poder apartar hoy el campo. - Se notaba con sueño.

- ¿Puedo ir contigo?

- Si a Roger no le molesta...

- No creo que sea como Oliver Wood.

Trate ser lo más rápida posible para estar lista y no retrasar a Cho. Al bajar las dos a la sala común, Austin estaba con Destini, acompañando al equipo. Quería darme vuelta y volver a la habitación, pero era demasiado tarde, ya me habían visto. Trate de poner a Cho como escudo, para no tener que relacionarme con ninguno de los prefecto.

- _____, que gusto verte. - Roger Davies siempre se alegraba de verme. - ¿Qué haces aquí?

- Aunque no lo crean, soy de Ravenclaw. Duermo aquí. - Algunos se rieron.

- Lo sé.

- Me preguntó si nos podía acompañar. Le dije que si, si no molesta.

- Para nada. Siempre es bienvenida.

Todos nos encaminamos hacia el campo, menos Destini, que decidió quedarse a dormir un rato más. Para no entablar conversación con Austin, caminaba al lado de Cho y trataba de que ella me contara algo, para disimular estaba ocupada con alguien más.

- ¿Vas a estar así todo el año, esquivándolo?

- Quizás...

- Tarde o temprano él querrá hablarte. Y no tendrás escapatoria. Es preferible hacerlo ahora, a cuando sea demasiado tarde, y ya no puedan arreglar nada. Que se ignoren por completo, sería muy incómodo.

Cho tenía razón. Tenía que dejar el orgullo de lado. Austin siempre había sido bueno conmigo. Tenía que pensar que quizás ser prefecto lo estaba estresando. Ponerme en su lugar, no me haría daño. Camino a las gradas, lo pensé bien. Debíamos charlar y desahogarnos.

- Ya que estamos solos, debemos hablar. - No alcancé a ubicarme en el lugar, él ya estaba detrás mío. - Se que no he sido grosero, y debo disculparme. Mis emociones me manejaban en ese instante... Y te pido perdón.

- Austin, que se estas muy estresado por ser prefecto, buen estudiante y demás, pero no debes explotar de esa manera.

- Se estaban tirando encima de ti ¿pensabas que no iba a hacer nada?

- No me estaban lastimando. Son mis amigos, no unos extraños.

- Es una falta de respeto que alguien se ponga encima tuyo.

- Hay algo que no me estás diciendo. - Todo el equipo ya estaba en el aire. Cho desde lo lejos nos observaba.

- ¿A qué te refieres?

- Primero fue verme con Luke, ahora con los gemelos ¿Hay algo que me quieres decir?

- No entiendo tu pregunta.

- Austin... - El impulso me ganó. - ¿Estas celoso de que algún chico se me acerque? - Se río por lo bajo.

- _____, solo no quiero que te lastimen. Eres como una hermana para mi. - No sé si esas palabras eran ciertas, pero que dolían, dolían. - Eres una de las mejores amigas de mi hermana, y te protegeré como ella.

- Jamás he visto que actúes así con ella.

- Tienes razón, jamás me haz visto. Por eso no sabías que actuó así. - En mi rostro tenía una sonrisa, pero por dentro pensaba: ¿crees que soy tan tonta para no ir y preguntarle a tu hermana por todo? - Lo lamento por comportarme así. Trataré de ser más paciente.

- ¿Me devolverás mis puntos?

- Solo si me besas. - (Es broma, no dijo eso.) - Si en estas semanas haces algo para que sea justificado el sumar puntos, lo haré. Recuerda que no puedo dar solo por dar. Debe ser justificado.

- Okay. Acepto tu desafío.

El equipo estaba jugando mejor que el año pasado. A pesar de que Cho estaba dormida, sus reflejos eran impecables. Unos minutos más tarde, Austin estaba a punto de irse, pero alguien lo convenció de no hacerlo. Se había parado y despedido, de golpe se sentó. Volvió a mirar el juego sin decir una sola palabra.

- _____, para compensar lo malo que fui, que te parece si desayunamos juntos.

- ¿Y si ese almuerzo lo dejamos mejor para Hogsmeade? Quiero probar la cerveza de mantequilla.

- ¿Y qué tal si hacemos ambas cosas? - Algo extraño pasaba. No quería dejarme sola. Accedí solo para ver que era lo que lo tenía inquieto. Al llegar a la salida del campo, un Luke con ropa normal estaba a pocos metros de donde estábamos.

- Hola, Luke. ¿Qué haces aquí?

- Hola, Adams. - Lo saludó en seco, Austin.

- Hola, Cox. - Le respondió del mismo modo. - Le pregunte a tus amigas donde estabas, y me dijeron que en la nota que les dejaste, decías que estaba acá.

- Si. Vamos a comer algo, ¿Quieres acompañarnos? - Antes de responder, lo miró a Austin.

- No... Ya comí algo. Es mejor que nos veamos más tarde. - No dejaba de ver detrás mío.

- Okay.

- Cuídate, Cox.

Había algo entre ellos dos que pasaba. No era una rivalidad de casas, no era algo entre Gryffindor y Slytherin, era algo entre Austin y Luke, que nadie quería decirme.

Mi vida en Hogwarts 3er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora