La abogada, Megan

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Acostada con la mirada puesta en la cama de Emily, no dejaba de tener el rostro de su hermano en la cabeza. Pensando una y otra vez en lo que no pasó, no podía dormir. Seguía petrificada. El corazón latía con tanta fuerza, que podía escucharlo. Era un poco incómodo.

- Debo confesarte algo. - Dije la mañana siguiente en el desayuno, mientras estaba con Megan a solas. Ella leía el diario. - Anoche cuando me fui con Austin, creo que... tuve el impulso de besarlo. - Bajo con brusquedad el diario. - Pero aparecieron todos justo antes que pasara.

- ¿Me estas diciendo en serio? ¿Solo tú lo sentiste o él también?

- No lo sé. ¡No me dio tiempo a preguntarle, Megan! - Susurré. De apoco iban apareciendo más alumnos.

- ¿Lo hubieses besado, si no aparecíamos?

- No... lo... sé. - Fred aparecía con George.

- Hola, chicos. ¿Cómo les fue en su primer día?

- Creo que horrible, porque vimos a alguien escapándose anoche con su prefecto. - Por fuera estaba tranquila, pero por dentro, quería gritar.

- ¿Estas celoso de que no fueras tú, Weasley? - Le preguntó a George, pensando que era Fred.

- ¿Yo? - Le tembló un poco la voz. - No. ¿Cómo voy a estar celoso? Es como una... hermana... algo de eso.

- ¿Vinieron a darnos los "buenos días"?

- No, _____.

- ¿O quieren saber si tiene un romance con su prefecto? - Megan se había levantado con toda su lengua recargada.

- No nos interesa su vida amorosa. - Dijo Fred. En silencio, esperaba el siguiente ataque de Megan.

- No creo. Porque si fuera así, no hubiesen mencionado sobre lo que vieron anoche.

- ¿Acaso no podemos romper el hielo con un comentario así?

- Mmmm. Si... pero viendo como son, es más probable que yo tenga razón.

- Bueno, ya.

- Ahora sabemos a quien vas a llamar, si terminas en Azkaban. - Ambos se marcharon.

- ¿Qué debo hacer? - Pregunte mientras los veía sentarse en su mesa.

- Quédate con Austin.

- Pero aún siento algo por él.

- ¿Qué puedes sentir por él? Tienes más posibilidades de tener algo con el hermano de Emily, que con Fred. Y ya deja de mirarlo.

- No lo sé. ¿Y si solo fue un error? Quizás iba a decirme algo o hacer otra cosa. Pero llegó Destini. Jamás sabre como hubiese terminado todo eso.

- ¿Amas a Fred? - Lo mire desde lejos.

- Creo que si.

- Si realmente lo amas, olvídate de Austin. Y no caigas en la tentación de querer besarlo de nuevo.

- ¿Besarlo de nuevo? Ni siquiera llegue a eso.

- ¿A quién casi besan? - Preguntó, Cho.

- A nadie. - Dijimos las dos a la vez.

Esa misma tarde, estuve sola buscándolo. Austin era solo una distracción. En dos años ya no lo veré más. Por otra parte, a Fred lo iba a ver hasta el ante último año. Mientras esperaba sentada debajo de un árbol, la salida de los chicos de Gryffindor, no podía dejar de pensar en que tenía que volver a pensar en quedarme solo con Fred.

- ¿Ahora nos persigue por todo el colegio?

- Dijeron que quieren que pase más tiempo con ustedes. Y eso haré.

- Vamos al campo de Quidditch.

- Iré con ustedes.

- No lo creo. - Me frenó, George.

- ¿No recuerdas quien es nuestro capitán?

- Si le llevamos a la buscadora suplente de Ravenclaw, nos matara.

- ¿Qué tiene de malo? ¿Piensa que le robare algunos trucos? Creo que no conoce bien al equipo de Ravenclaw.

- Y tú a Oliver. - Dijo Fred mientras se marchaba.

- ¿Me van a dejar sola?

- Nos vemos en la entrada de la cocina... Ve como a las seis. - George era más amable conmigo, que su propio hermano.

- Gracias, George.

- Solo te está poniendo a prueba para saber si de verdad te importamos... cuando todo vuelva a la normalidad, se le pasara.

Veía a George alejarse con rapidez, para ponerse al lado de su hermano. Era el segundo día, y ya sentía que necesitaba vacaciones. A lo lejos vi a Austin con un grupo, debatiendo. Entre ese grupo, había una chica de pelo largo y lacio de un castaño claro, que estaba muy pegada a él. También se le notaba muy interesada. Por otra parte, Luke Adams estaba con un libro en la mano mirándome desde lo lejos. Lo salude con un gesto, pero solo desvió la mirada, para volver a concentrarse en el libro.

Ahogada en la almohada, quise que llegara el fin de semana. Escuché abrirse la puerta. Unos pasos se acercaban a donde estaba. Sentí como la cama se hundía, al sentarse alguien a mi izquierda.

- ¿Vas a quedarte toda la tarde aquí? Debemos ir a defensa contra las artes oscuras. - Emily me jaló para que saliera de la habitación.

Ambas cruzamos la puerta. Las demás estaban allí. También había alumnos de Gryffindor, y entre ellos había una persona que por un tiempo había olvidado, Sam. No sabía como iba a terminar esa clase. No solo por volverlo a ver a él, si no también, porque teníamos un nuevo profesor. Era nada más ni nada menos que el mismísimo Gilderoy Lockhart. ¿Recuerdan el escritor que estaba en la librería? Ahora era nuestro profesor.

- No entiendo como una persona tan nefasta puede ser nuestro profesor, en una de las materias más importantes. - Megan descargaba su indignación después de la clase. - Ese cuestionario que tuvimos que hacer sobre sus libros, que supuestamente el escribió. - No paraba de quejarse. Tiene cara de novela muggle, no de mago respetable.

- _____, nos vemos después de la cena. - Me recordó Luke al pasar por al lado nuestro.

- Solo te advierto de que no te enamores de Luke. - Me advirtió, Megan.

Mi vida en Hogwarts 3er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora