¿Austin o Fred?

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La imagen se hacía borrado. Estaba nuevamente en la realidad. Solo recordaba a Fred. Estaba tan hermoso. Algo que no les dije es que Austin también estaba cambiado. Tenía su voz más gruesa. Estaba más atractivo. Solo era un sueño, pero no me molestaría que terminaran como en el sueño. Los chicos, no el drama de que invadían el colegio los mortífagos.

Mire por la ventana. El sol se estaba ocultando. Otro día menos para volver a la escuela. Y unas horas menos para verlos a todos de nuevo. Mientras repasaba las imágenes en mi mente, mordía los labios pensando en Fred. Sentía ese calor de su cuerpo, mientras me decía 'te amo'. Era un sueño tan hermoso. Necesitaba revivirlo varias veces. Obviamente no es la primera vez que tengo sueños así. Aunque este lo sentía tan real.

Ese sueño logró distraerme de todo lo demás. El fin de semana había llegado. Las cartas estaban sin responder. Solo quería ir corriendo al callejón Diagon para contarle a Megan todo. Pero antes, tenía que esperar. Eran casi las ocho cuando estaba en la sala esperando que alguien me llevara.

- Hija, no va a estar todo abierto a esta hora. Ve a desayunar.

No tenía hambre. Estaba demasiado ansiosa como para comer algo. Igual tuve que hacerlo. Una hora más tarde, y con media comida en el estómago, todavía seguía sin saber si alguien iba a acompañarme. Mi madre estaba un poco enojada. La ansiedad que tenía encima le molestaba, al igual que a mi hermano.

- Bueno, vámonos.

A media cuadra había notado que no tenia la lista de las cosas que debía comprar, así que tuve que volver por ella. Mamá casi me mata por eso. Media hora más tarde, un hermoso día en Diagon estaba frente a mis ojos. En la carta Megan me dijo que primero iba a comprar las plumas y pergaminos, a las nueve y cuarto. Cinco minutos antes, ya estaba adentro de la tienda.

- ¡_____! - No puede ser. Megan estaba más alta. Era como ver a una atleta de Quidditch. Estaba totalmente hermosa.

- Estas enorme. - Me abrazo tan fuerte que casi me corta la respiración.

- Lo sé. - Se sentía un poco avergonzada. - Las vacaciones no me favorecieron. Hola señora, _____.

- Hola Megan. ¿Cómo van tus vacaciones?

- Aburridas. Estoy feliz de volver a la escuela, pero no a clases.

- Lo sé. A mi me pasaba lo mismo... las dejaré que hagan sus compras. Iré a comprar las otras cosas que necesitas. - Le había dado a mi madre otra lista de cosas que necesitaba, así no tardábamos tanto.

- Cuenta que es eso del diario. - Susurró cuando ya estábamos sola. Mientras charlábamos iba tomando varios papeles.

- Es un cuaderno mágico. - Tenia que tener mucho cuidado, porque nunca se sabe si alguien estaba atento a lo que decíamos. - No sé quién me lo ha mandado.

- ¿De quién sospechas? - La miré fijamente pensando que en la mirada tenía la respuesta.

- ¿Estás segura? - Creo que ella leyó mi mente. - Por una parte, tendría sentido. Se nota que le agradas mucho.

- Megan, no sé si es él. ¿Y si me equivoco?

- ¿Y si no? Serías la afortunada de Hogwarts. Todas las chicas mueren por él. Es uno de los chicos más deseados de la escuela. Tienes la suerte de que este detrás de ti.

- Soñé con él. - Casi hace que tirara la pluma que había agarrado. - También con Fred. - Continue. - Fue un sueño extraño. Era tan real.

- Es una mezcla entre pesadilla y fantasía. - Observo después de que le contara todo. - Tienes el deseo de tenerlos a ambos.

- ¿Qué? - La tienda se empezaba a llenar de gente.

- Te gustan ambos. A Weasley más que a Austin, pero sientes el deseo por ambos. Si no esta uno, necesitas al otro. Al final, debes elegir a uno. El que te ama, o el que no sabes que siente por ti. Tienes la fantasía de que vas a terminar con uno de ellos. - Tenia razón. - ¿Amas a Weasley?

Mi cuerpo lo confirmaba, sentía algo muy fuerte por él, al verlo pasar por la calle entre la multitud junto a Percy y Ginny. Megan no noto que estaba petrificada viéndolo pasar. Pensaba que esa fantasía había terminado. Que ese deseo se evaporaba por él y se hacía más grande por Austin, pero estaba equivocada. Aún amaba a Fred.

- Creo que es hora de irnos.

Tarde unos segundos entre juntar todo y pagar. Megan seguía sin saber si compraba unas plumas de más o no. Yo solo quería ir corriendo hasta donde estaba Fred. Estaba ansiosa. Necesitaba verlo con urgencia, y Megan no se apuraba.

- Creo que no compre tinta. - Revisaba la bolsa mientras estábamos paradas en la puerta. - Ah, no. Si, aquí tengo.

- Vamos. - La tomé del brazo.

- ¿A quién viste?

- Tanto tiempo sin vernos, chicas. - La voz de Austin se escuchaba detrás nuestro.

Aunque no parezca, no estaba tan feliz de escuchar esa voz. Sentía la necesidad de ver primero a Fred, para no recaer en Austin nuevamente. Sabía que si me daba vuelta, no iba a ser buena idea. Seguramente el hermano de Emily era tan encantador como lo imaginaba. No quería hacerlo, pero Megan insistía con su codo clavándomelo en la costilla derecha. Respire ondo, y bruscamente giré. Y oh... por... Merlin...

- Hola... ¿Austin?.... - ¡¡OH POR MERLIN!!...

Mi vida en Hogwarts 3er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora