Desvelando con el diario

28 8 1
                                    

La noche antes de volver a Hogwarts, ya había guardado todo. El baúl estaba en la entrada, al igual que la jaula de Félix. Solo había algo que tenía conmigo, el diario nuevo. Tenía que levantarme a las seis para prepararme, pero era casi medianoche, y todavía estaba despierta. Tome un poco de tinta. Bajo la luz de la luna, para no llamar la atención de que estaba despierta, comencé a escribir. Las letras estaban un tanto temblorosa. Si, estaba nerviosa. No quería que supiera de que estaba nerviosa por saber quien era. Si era Luke, sería interesante saber la historia detrás de estos regalos.

- Seguramente debes estar durmiendo... - Comencé a escribir. - Yo no puedo. Estoy nerviosa. Pensé que ir al callejón Diagon me iba a ayudar a despejar la mente, pero creo que empeoró todo. Vi a mis amigas, pero... no lo sé... Conocí a dos chicos. No sabía que ellos sabían que existía. Fue raro, pero lindo. Su madre es hermosa. También vi a los padres de mi amiga, Emily. Creo que, por los nervios, me olvide de comprar cosas. Lo bueno es que ya tengo el papel que me autoriza para ir a Hogsmeade, así que puedo comprar allí, si recuerdo que era lo que me había olvidado... Bueno. Nos vemos en el tren. Bueno, tú me reconocerás, yo no. - Iba cerrando de apoco el diario, pero algo me detuvo.

- No eres la única que no puede dormir.  - Pensé que no iba a responder. - Vi que estabas con unas chicas en la entrada. También que estabas hablando con los Adams. - Decía eso solo para distraerme, o realmente no era Luke. - Te veías tan adorable con esos horrendos guantes.

- No eres el primero en decírmelo.

- Pídele a Dumbledore que te los cambie. Dile que eres alérgica. Quizás haga que cambies de guantes. - No era mala idea. - Eso haría. No lleves puesto algo que no te guste solo por capricho de los demás. - ¿Austin?... Basta. Me confunden. - ¿Estas ansiosa por volver?

- Si. - Quise indagar para ver como actuaba.

- ¿Conoces a Luke Adams?

- Si. Conozco a su familia. ¿Por qué?

- Me llamó la atención su historia. - Quería ver si podía sacar alguna información de la persona detrás del diario.

- ¿Cuál historia?

- Es hijo de una muggle y el padre de Thomas.

- ¿Qué? - Si reacciona de cierta forma, es Luke. - Él es hijo de muggles. Pero no del señor Adams. Sus padres lo abandonaron cuando era bebé. Él solo lo adopto.

- ¿No es hijo de Muggles?

- No. No sabe quienes son sus padres.

- Qué mal. Parece agradable.

- No lo creo. Es de Slytherin.

- Eso no tiene nada que ver. No todos los de Slytherin son malos, como no todos los de Ravenclaw somos unos genios.

- Okay. Veo que te cae bien.

- No lo sé. No lo conozco...

- ¿Te peleaste con los Weasley?

- Los Weasley son... unos chicos... buenos, pero... buenos.

- Sabes que todo lo que decimos acá, queda acá.

- Lo sé. Es como si escribiera en un diario que me responde. Solo que quién me responde es humano.

- Se nota que te gusta uno de ellos.

- ¿QUÉ? Jaja, no. - Bueno, si. - Por ahora, no quiero saber nada de chicos. Faltan un par de años para eso. - Mentía.

- No te creo. Es por como lo vez... Aunque también lo vez de esa forma al flaco alto... ¿cómo se llama el hermano de tu amiga? - Más confusión tenía en mi cabeza.

- ¿Austin? Es como un hermano para mi. O para él soy como una hermana.

- ¿Te gusta?

- ¿Por qué esa obsesión por si me gusta alguien o no?

- Solo hice una pregunta. - Me estaba durmiendo con la pluma en la mano. Eran casi las cuatro.

- Deberíamos dormir.

- Si pudiera, dormiría abrazándote. - Casi tiro el tintero. Eso me despertó de inmediato. - Hasta dentro de un rato, Ravenclaw.

- ¿Nos vemos? - Espere diez minutos, veinte, media hora. Como no respondía deje todo sobre la mesa de noche.

Instantáneamente me dormí. Luke tenía unos ojos llamativos. Austin también. Fred igual. Esas incoherencias iba teniendo a medida que entraba en sueño profundo. Al estar tan cansada no escuché el despertador. Mi madre llamó a la puerta para que me vistiera. Al abrir los ojos, abrí el diario.

- ¿Quieres que lleve el diario? - Estaba tan agotada que no sabía lo que hacía.

- Si lo quieres llevar contigo, hazlo. Pero te recomiendo que lo pongas en la maleta. Te hablare en Hogwarts.

Me había gustado la idea de tener a alguien para hablar durante el verano. Pero eso hizo que olvidara a Fred. Ese pelirrojo que había extrañado veranos anteriores, y estaba ansiosa por ir a la escuela solo para verlo todos los días. ¿Qué había cambiado? Un momento... ¿Y Sam? Lo había olvidado. Seguramente iba a estar enojado conmigo. Si eso pasaba, ya iban a ser tres.

- No desayunaste. - Parecía que no estaba en mi cuerpo. - Come algo antes de salir.

- Pero vamos a llegar tarde.

- Faltan veinte minutos. Ve a comer, y cuando termines, revisa que no te olvidas nada.

Antes que nada, guardé el diario en el baúl. Allí encontré otro parecido, pero de color azul y bronce. No sabía si estaba soñando o eso era real. En vez de quedarme pensando, guardé todo. Diez minutos después, salimos todos rápido de la casa. Incluyendo mi hermano. No sabía si me iba a poder mantener despierta. Solo esperaba que en el tren pudiera dormir aunque sea unos segundos.

Mi vida en Hogwarts 3er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora