Almorzando con Thomas

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Pasaron dos horas desde que se enviaron las cartas. Todos estábamos ansiosos. De vez en cuando, mirábamos por la ventana para ver si veíamos alguna lechuza. Media hora más tarde, el carro de golosinas pasaba casi lleno. El estómago me gruñía, al igual que Megan, pero decidimos pasar por esa vez. Thomas se acercó hasta nuestro compartimento, y nos trago unos sandwiches que había preparado su madre.

- No, gracias. Estamos con el estómago cerrado.

- Vamos, chicas. Hace mal no comer nada. Y no creo que aguanten hasta el banquete. - Se sentó con nosotras para comer juntos.

- Dime, Thomas. - Amaba que Megan fuera la más desenvuelta de todas nosotras. - ¿Cómo es tu hermano?

- ¿Por qué estas interesado por mi hermano? - Se extraño. - ¿Alguna de ustedes le gusta?

- No. Solo nos da curiosidad tu árbol genealógico. - Sonrió. Emily por poco se derrite. Por suerte, Ginny estaba en medio de ellos dos.

- Bueno, es mi hermano menor. Luego de entrar a Hogwarts él se enteró que no era hijo de mis padres.

- Creí que él era tu medio hermano. - Dijo, Megan antes de comer el último bocado de su sandwiche.

- No... es.... bueno, es hijo de una muggle. Por lo que mi padre nos dijo, su madre era muggle, pero su padre era... un mortífago. - Le dio un mordisco a su comida antes de continuar. - No importa de donde provenga. Es mi hermano. Nos criamos juntos. Y nada va a cambiar eso.

- ¿Y por qué te odia? - Antes de que pudiera responder, interrumpí con otra pregunta.

- ¿Tu hermano tiene alguna habilidad?

- ¿Cómo cuales?

- No lo sé...

- Supimos que le gustan los cuadernos. - Megan fue al grano.

- Si. Se que tiene algunos diarios personales.

- ¿Alguna vez le regaló uno de esos a alguien?

- No lo sé ¿Por qué tantas preguntas sobre él?

- Lo siento. Solo estamos interesadas en saber como es él... y ver porque te odia. - Con Emily nos miramos. No pensábamos de que iba a decirle algo así en la cara. Él solo se rio por el comentario.

- Si. Puede ser que si. Todos los hermanos tienen sus peleas y sus diferencias. Yo trato de llevarme lo mejor que puedo con él. - Había una gran sospecha de que el autor de esos diarios era Luke. Pero eso hacía que vinieran miles de preguntas a la cabeza. - Lindos guantes.

- Si pudiera me los sacaría ahora.

- Si se burlan por ellos, piensan que lo hacen porque son horribles, no porque tú lo seas.

- Le dijiste que eran lindos.

- Si, mentí. Pero que eso no te desanime. Eres mucho mejor que ese accesorio. Si necesitas ayuda para poder sacártelos cuanto antes, no dudes en decírmelo. Te ayudaré. - No quería aceptar, pero el rostro de Emily me dijo que lo aceptara. Y entendía un porque.

Antes de que Thomas volviera con sus amigos, una carta le llegó a Percy. Ninguno tenía noticias de Ron y Harry. Otra cosa que había ocurrido es que le robaron el auto a los Weasley. La señora Weasley estaba realmente histérica, según lo que escribía su marido. Lo único que podíamos hacer era esperar hasta el gran banquete. El viaje parecía que iba a ser más largo de lo que realmente era. Unos minutos más tarde, todo el tren se había enterado de lo que pasó. Eso hizo que Luke apareciera donde estábamos nosotros.

- Ahora entiendo porque habían ido hasta allá.

- Que raro que estés recorriendo el tren. - Se extraño su hermano.

- Solo salí a estirar las piernas. Estar sentado por mucho tiempo mirando por la ventana, ya es demasiado aburrido.

- Bueno... Ellas son Emily, Ginny, la hermana menor de los Weasley y Megan. A ella ya la conoces. - Le dijo apuntándome con su mano derecha abierta.

- Si. Admiro tu modo de hacer magia con tus extremidades. Fue gracioso saber que mandaste a un gryffindor a la enfermería. - Emily me miro.

- Bueno. Es mejor que las dejemos solas. - Se levanto para ponerse al lado de su hermano. - Antes de que digas otra tontería... - Susurró. Luke lo escucho, y no estaba nada contento por ese comentario. - Nos vemos después, chicas.

- Espero que no sea él el que te escribe. - Emily rogaba que no lo fuera. Parece una locura, pero en el fondo, la mayoría de las chicas les gustaba un chico de Slytherin. Creo que eso de "chico rudo" es lo que los hace más atractivo.

- No lo sé. Quizás lo sea, quizás no. Deberé ir con cuidado. No quiero que se ponga a la defensiva. Y si me equivoco, no solo quedare mal, si no que seguiré desparramando por toda la escuela que tengo un diario mágico. No quiero hacer eso. Además, si se entera un maestro será peor. Lo reportaran al ministerio. Y quién sabe que podrá pasar... con eso.

- Pase lo que pase. Estaremos allí para apoyarte.

- ¿Tienes un diario mágico? - ¡Rayos! Había olvidado de que Ginny estaba allí.

Mi vida en Hogwarts 3er añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora