DECISIONES Y CONSECUENCIAS

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Disclaimer: Los personajes de Shingeki no Kyojin no me pertenecen, son propiedad de Hajime Isayama.Advertencia: Relación Chico x Chico (Yaoi), Lenguaje Vulgar, Universo Alterno (AU) y Lemmon.



Abrió los ojos pesadamente cegado por un momento ante la luz que tenía el lugar. Los rayos del sol se colaban por entre las ventanas por lo que la habitación se encontraba completamente iluminada, anunciando el inicio de un nuevo día.

Se apoyó en sus codos para comenzar a levantarse, pero un intenso dolor en su cadera lo obligó a volver a tomar reposo de inmediato, haciendo una mueca ante el malestar que tenía en su zona baja.

– ¿Levi? – llamó en voz alta al azabache mirando alrededor de la habitación sin embargo bastaron un par de segundos para que se diera cuenta que se encontraba completamente solo. Las sábanas revueltas al lado contrario de la cama solo eran la evidencia de que el mayor había dormido ahí por la noche.

La noche en que se entregó completamente a Levi.

Un ligero sonrojo se posó sobre sus mejillas al recordarlo pero la tristeza y decepción al despertar solo dominaban sus sentimientos. Le había entregado lo más preciado que tenía, aquello que había guardado para la persona que amaba profundamente por el resto de su vida, despertando cada mañana entre los cálidos brazos de su pareja con un beso que le sacaría una enorme sonrisa, sin embargo sabía que tenía que renunciar a esos pensamientos. Levi no era así, jamás se mostraría amoroso con alguien y menos con uno que hace poco fregaba los pisos y desempolvaba las alfombras. Tenía que resignarse a su nueva vida.

Obligándose a sí mismo a levantarse de la cama, envolvió su cuerpo desnudo con una sábana y caminó a paso lento hacia el baño para tomar una ducha. Mordió su labio superior en un intento de soportar el dolor que emitían sus caderas con cada paso que daba. Sabía que le pudo haber ido peor, al menos agradece que Levi lo hubiera dilatado antes.

Sintió como la piel se le erizaba al recordar la otra noche, como el azabache juntaba sus cuerpos, como recorría su cuerpo con aquellas manos frías y delgadas, su voz cuando le susurraba en la oreja, sus dientes dejando marcas en su cuello. Movió la cabeza de un lado al otro para apartar esos pensamientos de su mente, a pesar de que se sintió bien sabía que había sido sin amor. Levi solo lo usaría para satisfacerse ahora que no podía acostarse con alguien más. Lo sabía. Le había dicho y él lo había aceptado.

¿Entonces porque se sentía triste? ¿Porque sentía un vació en su interior?

Suspiro al entrar a la tina llena de agua caliente, sintiendo como sus músculos se relajaban al entrar en contacto con la calidez del agua. Después de permanecer unos minutos y disfrutar de aquel baño, se secó con las suaves toallas del lugar para después dirigirse hacia el armario de la habitación, en busca de alguna prenda que ponerse.

Hizo una mueca al ver el interior de este, lleno de trajes informales pero aun así llamativos. Parecía que todo estaba preparado para su llegada sin embargo esa no era su ropa, no era su estilo. Pero era su destino. Eligiendo el más sencillo que pudo encontrar comenzó a vestirse poco a poco, aun sin familiarizarse por las telas y el estilo de la ropa.

Ni importaba que, cumpliría la promesa que le hizo al señor Pixis y se mantendría fielmente al lado de Levi.

Aun si eso implica renunciar al amor verdadero.

– Buenos días enano – saludo Hanji al entrar al comedor de manera energética, situándose en su asiento habitual al lado del azabache.

– Tch, no empieces cuatro ojos – gruño Levi mirándola de manera amenazante mientras agarraba su taza de café y daba pequeños sorbos a la bebida.

La castaña lo miró de manera juguetona, riéndose por la expresión de su hermano mayor, amaba hacerlo enojar. Dándole las gracias por debajo al sirviente que le sirvió el desayuno, comenzó a comer tranquilamente pensando en algún comentario que hiciera molestar al mayor, sin embargo al pasar su vista por el comedor se dio cuenta que algo faltaba. O más bien alguien.

– ¿Dónde está Eren? – pregunto curiosa mirándolo con el ceño fruncido. El estar acostumbrada al estar solos en el palacio casi pasaba por alto la ausencia del castaño.

– ¿Importa? – cuestionó el azabache con indiferencia sin dejar de degustar su propio desayuno.

– Pero Levi, ahora son pareja – contestó sintiéndose mal por Eren, sabía que su hermano era una persona difícil – Son el matrimonio que regirá el reino, necesitan mostrarse unidos y poner el eje-

– Me tiene sin cuidado lo que el mocoso haga – le cortó de manera fría golpeando la mesa con el puño, haciendo que los platos vibraron ante el ligero temblor – De una vez te digo que ni te encariñes con él. En el momento justo en el que tenga el poder de todo, lo mandare lejos de aquí.

– Él no tiene la culpa de tu ambición – le contestó defendiéndole. No sabía porque pero los breves momentos que paso con Eren bastaron para que se diera cuenta que era una persona humilde y generosa, no merecía recibir los malos tratos de su hermano.

– Aceptó este matrimonio, por lo que también acepto las consecuencias – contestó apoyando el mentón en el dorso de su mano, mostrando una media sonrisa que mostraba ironía – No es mi culpa que el mocoso sea lo suficientemente estúpido como para no preguntar lo que le pasaría después.

– ¡Levi! – la castaña lo miró con horror ¿Por qué su hermano era así? Sus padres les dieron amor hasta sus últimos días de vida ¿Por qué se mostraba tan frío e insensible? – Es suficiente, no puedes abandonarlo solo en los territorios de fuera.

– ¿Quién mierda dijo que lo dejaría solo? Le daré una buena cantidad de dinero para que no hable sobre su relación con nosotros ni el reino.

– No necesito de su dinero – una voz se alzó en medio del lugar, ocasionando que los dos hermanos voltearan hacia el origen del sonido.

Eren estaba parado al principio de la entrada, demostrando que a pesar de que acababa de llegar había escuchado gran parte de la conversación.

– Sabes perfectamente que no acepte este matrimonio a cambio de dinero – dijo con firmeza mirando al azabache directamente – Así que puedes quedártelo, no lo quiero. El día que ya no me necesites yo mismo tomaré mis cosas y me iré sin pedirte nada.

Levi alzó una ceja al escuchar sus palabras, se podía notar en su voz y en su mirada que el menor hablaba con sinceridad. Ninguna persona se negaba a recibir una fuerte suma de dinero, sin embargo ahí estaba ese mocoso, negando lo que seguramente le haría vivir sin trabajar por un largo tiempo.

Al sentir que quedaba todo en claro se dio la vuelta sobre sus talones y regresó por donde vino, olvidándose por completo del desayuno.

– ¡Eren! – le llamo Hanji preocupada en un intento de detenerlo pero ya era demasiado tarde, el menor había cerrado la puerta tras de si – ¿No vas a alcanzarlo?

– ¿No escuchaste lo que dijo? Yo no lo obligue a rechazar el dinero, esa fue su maldita decisión – respondió mirando indiferente hacia el lugar en donde momentos antes estaba Eren.

– Enserio que no pareces humano – mencionó la castaña mirándolo con el ceño fruncido mientras comenzaba a pararse de su asiento.

– Das un maldito paso fuera del comedor y juro que te arrepentirás Hanji – la amenazó sabiendo que su hermana era lo suficientemente sentimental como para ir a buscar al menor en un intento de consolarlo.

– ¿O qué? ¿Me vas a mandar lejos por desobedecer tu orden? – pregunto con molestia apretando entre sus manos la falda del vestido – Levi, te quiero demasiado, eres mi hermano y el único familiar que tengo, pero a veces siento que ni siquiera te conozco.

Sin esperar alguna respuesta por parte del azabache, camino sin mirar atrás hacia las puertas del lugar, siendo observada por Levi que solo volteo los ojos fastidiado por sus reacciones.

Apartó su plato de un manotazo ocasionando que la mayor parte de su desayuno saliera en varias direcciones y manchara el mantel que decoraba la mesa, sintiendo como el apetito desaparecía.

Al parecer el mocoso si ocasiona algunos problemas.

continuará... :)





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