DECISIONES Y CONSECUENCIAS 3

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– Si quieren ver un "matrimonio feliz" pues eso les daré, ya veré que se me ocurre hacer con el mocoso, ahora retírate.

– Con permiso – se despidió inclinándose un poco para después tomar la manija de la puerta para abrirla, dispuesto a retirarse – Por cierto, felicidades por su boda.

Salió de la oficina del azabache lanzando un suspiro al tan solo pensar en todo el trabajo que tenía por delante. Camino por los largos pasillos para dirigirse hacia la salida en donde su carruaje lo esperaba, sin embargo al cruzar en una esquina reconoció a alguien que había conocido hace unos días.

– ¿Eren? – llamo con duda aun sin estar seguro de haber visto bien, sin embargo cuando el castaño volteo al escuchar su nombre y mostro una ligera sonrisa al reconocerlo supo en había acertado.

– Señor Pixis, no sabia que estaba por aquí ¿Sucedió algo malo? – pregunto frunciendo el ceño con preocupación.

Aun cuando su relación con Levi no era de las mejores, no le deseaba el mal ni a él, ni a Hanji y mucho menos al reino.

– Oh no, tranquilo – contesto rápidamente al ver su expresión – Solo he venido por asuntos de trabajo.

– Me alegra – menciono mostrándose relajado – Es bueno volver a verlo de nuevo.

– Tambien me alegra verte Eren, pero dime, ¿Nuevo estilo? – pregunto señalando la vestimenta del menor.

Eren mostro una ligera sonrisa mientras bajaba la mirada y acomodaba un poco sus ropas. Antes de salir de su cuarto junto con Armin, se había cambiado el elegante traje por un par de prendas que vestía cuando era sirviente. A pesar de que la tela estaba un poco gastada por el paso del tiempo y tuviera algunos hilos sueltos, sin duda prefería mil veces esta conocida sensación que usar aquellos trajes que ni siquiera le gustaban.

– La ropa que había en la habitación de Levi no me gustaban mucho, así que preferí seguir usando las mías – explico sin arrepentirse en absoluto por sus acciones.

El hombre comenzó a reír por debajo al escuchar sus palabras, sonriendo de forma paternal al ver la actitud de Eren, solo esperaba que Levi no corrompiera aquella inocencia.

– No te culpo, a veces estas cosas me hacen sudar – dijo Pixis mientras jalaba un poco su propio traje y le guiñaba un ojo, mostrándose cómplice del castaño – Por cierto, ¿te ha gustado la decoración del día de ayer?

– Estuvo hermosa – contesto Eren con sinceridad recordando como el palacio estaba lleno de vida. Su lugar favorito había sido el jardín rodeado de aquellas hermosas y exóticas flores.

– ¿Hablaste con muchas personas? Todos estaba ansiosos por conocerte.

– Conocí a varios reyes y personas de la importantes de la realeza, también al príncipe Erwin y algunos mercade-

– ¿Hablaste con el príncipe Erwin? – pregunto preocupado interrumpiendo al castaño de manera inesperada.

– S-si, se acercó a nosotros después de la ceremonia – contesto extrañado por la actitud del hombre – Hablamos solo unos minutos, ¿Pasa algo señor Pixis?

– Eren, te pido por lo que más quieras que no te relaciones mucho con el – le pidió mirándolo fijamente en busca de recalcar sus palabras.

– ¿E-es algo malo? – pregunto aun sin saber exactamente lo que pasaba. No entendía porque el hombre se había puesto tenso al escuchar el nombre de Erwin,

Pixis suspiro pesadamente al saber que le tenía que dar explicaciones lógicas al castaño así que sin perder más tiempo, extendió una mano señalando un par de sillas situadas en un lado de las escaleras, estando mas por decoración que por utilidad. Espero a que Eren se sentara cómodamente para al fin comenzar a hablar, mirando por un momento a los lados en busca de alguna persona que pudiera escucharlos.

PRINCIPE ARROGANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora