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-Usualmente estamos aquí todos los días después de la escuela. -Explicaba Ron Anderson, mientras caminaba por el pasillo de su casa junto a los dos jóvenes sobrevivientes.
- ¿Tienen escuela también? -murmuró Cameron, confundida.
-Bueno... Es un garaje, los más pequeños van en la mañana y nosotros en la tarde. -explicó el chico, con una sonrisa. -Supongo que ustedes también irán, ¿no?
-Supongo. -respondió Carl, algo inseguro.
Los tres llegaron a la puerta al final del pasillo, donde había una habitación, con dos personas dentro.
Una chica castaña estaba sentada en la cama, leyendo un comic, sin tomarle importancia a los que acababan de entrar a la habitación.
Y un chico, que se había puesto de pie apenas los escuchó acercarse, y los miraba emocionado.
-Ellos son Mickey y Enid. -Los presentó Ron.
El chico, Mickey, se acercó a los dos sobrevivientes con una sonrisa, estirando su mano hacia ellos, para saludarlos.
-Hola. -murmuró con dulzura.
-Hola. -habló la chica, sin voltearlos a ver aún. Como si no quisiera estar ahí.
-Enid también es de afuera. -Explicó Ron. -Llegó hace nueve meses.
Cameron asentía lentamente, sin saber bien qué decir.
Hasta que Carl habló, sacando un comic del bolsillo de su pantalón.
-Mmm, ¿esto es de ustedes? -susurró el hijo del líder.
-Sí, eso. No sabíamos que habían tomado esa casa... Ese es de Enid.
La castaña al escuchar su nombre levantó la mirada, por primera vez desde que los dos sobrevivientes habían entrado a la habitación, y tomó su comic con algo de brusquedad, que los otros lo decidieron ignorar.
- ¿Qué quieren hacer primero?, tenemos varios videojuegos si quieren. Y en la casa de Mickey hay una mesa de billar asombrosa, pero su padre es algo... estricto. -habló Ron.
-No importa, está trabajado. -explicó el otro chico.
Ron y Mickey miraron a los dos sobrevivientes, mientras Enid seguía sin darles importancia.
Cameron veía todo en la habitación, sintiéndose algo sobre estimulada por todas las cosas que creía que jamás volvería a ver.
Carl la observó unos segundos, asegurándose de que estaba bien. Cameron acarició la mano de él un poco, sabía que Carl se sentía igual que ella.
-No tienen que hablar si no quieren. Enid no dijo nada por tres semanas.
-Videojuegos. -pidió Cameron, viendo a los otros dos chicos, causándole una sonrisa a Ron.
-Entonces videojuegos. -asintió el castaño.
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