¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- ¿Segura que no quieres ir? -volvió a preguntar el mayor de los Dixon, viendo a su hermana.
-Tenía pensado ir con Carol a hacer galletas, no pienso cambiar mis planes solo porque Jesús decidió resucitar.
-Ya te dije que no soy ese Jesús. -se escuchó la voz cansada del hombre adentro de la caravana, lo que hizo que la chica sonriera.
-Mentir es pecado. -regañó la rubia, el hombre sólo la veía con una pequeña sonrisa, mientras negaba.
El grupo iría a Hilltop, que al parecer era la comunidad de la cual el extraño hombre provenía, pero Cameron y Carl habían decidido quedarse en Alexandria, por lo que simplemente les estaban ayudando al grupo a alistar la caravana para el viaje.
Merle y Daryl lo preferían así, sabían que podía ser peligroso ir a una comunidad desconocida, y lo último que querían era que su hermana estuviera en peligro.
Pero al mismo tiempo, tenían miedo de que Cameron, al estar tan calmada sin salir de Alexandria, terminara aburriéndose y haciendo algo malo sin pensar.
No sabían que sería, hace unas semanas la chica había estado extrañamente tranquila por unos días, y luego se escapó para ir a cazar y terminó matando a un hombre por error.
La chica le había explicado cuando regresó, y se notaba que no había sido con mala intención, ella no mataría a alguien solo por estar aburrida, pero igual no se veía arrepentida, estaba más que todo preocupada porque sus hermanos de enojaran.
-Solo quería cazar una ardilla gorda, no creí que podría correr tanto, no noté que había más personas en el bosque. -había asegurado. -Creo que su hija iba con él, se quedó llorándole, diciendo que los salvadores los habían encontrado, en lugar de ver quién había lanzado la flecha, entonces me fui.
- ¿Dejaste a un hombre muerto en el bosque?
-No es mi culpa que no soporte una flecha en el cuello -se quejó la chica. -Intenté regresar, pero ya se había convertido y mordió a su hija. Maté a los dos, si es lo que les preocupa.
-Salir de los muros sin permiso, sola y matas a dos personas...
-Solo maté a uno, la hija se murió porque era una imbécil.
-No debías salir. -regañó Merle.
-No comemos hace días, solo quería ayudar, pero ¿saben qué?, chúpenme los huevos.
La chica les había asegurado que no volvería a hacer alguna cosa así, aunque seguía saliendo cada vez que podía.
No les había dicho que no saldría, solo que no haría algo estúpido, por lo que, técnicamente, no había mentido.
Sus hermanos se despidieron de ella, antes de subir a la caravana junto a los demás, y ella se acercó a Carl, que estaba hablando con su padre.
—Yo no iré. Alguien debe quedarse y cuidar este lugar. –hablaba Carl. —Además, un chico con la cara estropeada tal vez no sea la mejor primera impresión.
