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Cameron estaba escondida en la parte de atrás del auto, debajo de una cobija.
Daryl y Rick, junto a uno de los prisioneros y "Michonne" iban a ir a Woodbury, y le habían prohibido ir.
Pero luego la dejaron sola en su celda, ella había aprovechado para esconderse en el auto.
El vehículo llevaba algunos minutos de viaje, pero finalmente habían parado, la niña los escuchó salir del auto, y empezar a hablar afuera.
Cameron levantó un poco la cabeza de la cobija, intentando ver donde estaban, pues al parecer deberían seguir a pie.
Pero Rick abrió la puerta de atrás, empezando a sacar las cosas.
Y la vio.
—Hola. –susurró la menor, con una dulce sonrisa.
Daryl de inmediato se acercó, observándola.
—¡Maldita sea, Cam!
Su hermano la sacó a la fuerza del auto, mirándola. Llevaba su bolso y su carcaj, y sostenía su arco.
—En mi defensa, ustedes me dejaron sin supervisión, deberían sentirse avergonzados. –los regañó la niña.
—No la podemos llevar. –Habló Daryl, viendo a Rick.
—Puedo ir a dejarla a la cárcel. –Habló el prisionero, cuyo nombre Cameron no se había molestado en aprender.
—La podríamos dejar aquí en el auto. –Habló la mujer, recibiendo una mala mirada de parte de la niña.
—¿Creen que no saldría a seguirnos? –Habló Rick.
—¡Yo quiero ir con ustedes! –se quejó Cameron, llamando la atención de los demás. —No pueden ir solos ustedes cuatro, yo tengo buena puntería, no necesito pistola, no haré ruido. Prometo portarme bien, de ahora en adelante. –Hablaba rápido, viendo a su hermano. —Por favor. –hizo un pequeño puchero, viéndolos.
Daryl solo negaba, viendo a Rick, pero el hombre veía a la niña, rendido.
—De acuerdo.
Cameron dio un pequeño saltito, acomodándose el carcaj de flechas, empezando a caminar junto a los demás.
Los, ahora cinco, caminaban por el bosque, ya se habían adentrado un poco, llegaban más de diez minutos caminando, hasta que los Dixon escucharon la voz del líder.
—No les agradecí por lo que hicieron por Carl y Judith mientras yo estaba... Ocupado.
—No es nada, es lo que hacemos. –murmuró Daryl.
—¿Judith? –lo miró la niña, pues para ella la bebé se llamaba "Pequeña Patea Traseros".
—Carl escogió el nombre, me lo dijo antes de venir...
—Es un lindo nombre. –aseguró la niña.
—¡Caminantes! –Habló Michonne.
—No disparen. –advirtió Rick, y los Dixon se pusieron al frente, lanzando flechas.
Pero cada vez eran más caminantes, y los estaban empezando a rodear.
Los cinco empezaron a correr hacia una cabaña que se veía a lo lejos, entrando en ella, y cerrando la puerta.
Pero un horrible olor inundaba el lugar.
—Algo se pudrió aquí. –Cameron tapaba su rostro, mientras Daryl alumbraba el lugar con la linterna, pues las ventanas estaban tapadas.
El cuerpo muerto de un perro estaba en el suelo, desprendiendo el fuerte olor.
—Bueno, Lassie volvió a casa. —murmuró el hombre.
Rick y Daryl revisaban la casa, mientras los demás veían a los caminantes por las ventanas, intentando entrar.
Hasta que Rick alzó las cobijas de una cama, un señor, que la verdad no se veía demasiado estable, se levantó de esta, con un arma en manos.
—¿Ustedes quiénes son?
—No queremos hacerle daño...
—¡Largo de mi casa!
—Nos iremos, nos iremos. –aseguró el líder. —Pero ahora no podemos, hay caminantes afuera.
El señor seguía gritando, Cameron veía por las ventanas, notando como los caminantes se acumulaban alrededor de la casa.
Hasta que el señor empezó a correr hacia la puerta.
Pero una de las flechas de la niña atravesó su cabeza, antes de que pudiera salir. Su cuerpo cayó al suelo.
Todos voltearon a verla.
—¿Perdón? –susurró, algo perdida.
Nadie dijo nada.
Luego de eso solo tiraron el cuerpo del señor a los caminantes, mientras ellos salían por la puerta trasera.
Finalmente podrían llegar a Woodbury.
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