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—¿Saben? –Habló Dale. —En Italia los niños toman vino en las cenas.
—Ya me caes bien. —lo miró Cameron, haciendo que el grupo que estaba sentado en la mesa riera.
Habían entrado al laboratorio, el único doctor que quedaba, doctor Edwin Jenner, les había tomado unas pruebas de sangre, y les había hecho una gran cena.
El grupo no comía hace días, por lo que se sentía como la mejor fiesta del mundo. Probablemente lo era.
Los dos Dixon estaban sentados sobre unos escritorios, Daryl tenía una botella entera de vino en la mano. Los demás estaban en la mesa.
Dale le sirvió un pequeño vaso con vino a Carl, quien crédulo se llevó el vaso de inmediato a la boca, tomando un gran sorbo.
De inmediato hizo una mueca de asco, haciendo que los demás rieran, Lori lo miraba orgullosa.
Cameron veía a su hermano, con una falsa miraba de inocencia, este solo negaba, pero igual me entregó la botella.
La niña dio un largo sorbo desde ésta, sintiendo el agrio sabor, no sabía bien, pero tampoco horrible. Solo le devolvió la botella a su hermano, con una pequeña mueca.
—Sabe a mierda. –Habló la pequeña, Daryl rio, volviendo a tomar.
—Bien, ustedes quédense con sus gaseosas. –Habló Shane.
—Menos tú, Glenn. –Habló Daryl, Cameron no estaba segura si ya estaba embriagado.
—¿Qué? –El asiático lo veía con una avergonzada sonrisa.
—Sigue bebiendo un poco, muchacho, quiero ver que tan roja se te pone la cara. –pidió el arquero con burla, haciendo que el grupo riera.
—Me parece que no le hemos agradecido apropiadamente a nuestro anfitrión. –se escuchó la voz de Rick, mientras se levantaba de su asiento, con su copa de vino en mano.
—Él es más que nuestro anfitrión. –aseguró T-Dog, algo lento, probablemente por todo lo que había tomado.
—¡Salud! –celebró Dale, seguido de los demás del grupo.
—¡Bravo! –gritó Daryl, levantándose de su asiento, tambaleándose un poco, su hermanita simplemente negaba viéndolo, con una sonrisa.
Todos reían y celebraban, agradeciéndole a Jenner.
Hasta que Shane habló.
—¿Por qué no nos dice qué pasó aquí, doctor? –miró al hombre. —Los otros doctores que debían estar averiguando qué sucedió. ¿Dónde están?
—Estamos celebrando, Shane. –Habló Rick, viéndolo. —No necesitamos saberlo en este momento.
—Espera, por eso estamos aquí, ¿no? –Shane miraba a Rick, como si lo retara. —Fue tu decisión, querías encontrar respuestas. Pero sólo lo encontramos a él. –señaló el doctor, soltando una pequeña risa.
Nadie decía nada, no celebraban, nadie sonreía, a excepción de Shane.
Hasta que se escuchó la voz del doctor Jenner.
—Cuando las cosas salieron mal mucha gente solo se fue. Supongo que para estar con su familia. –explicaba. —Y cuando salieron peor, cuando el cordón militar fue dominado, el resto salió corriendo.
—¿Todos? –volvió a hablar Shane, como si no le creyera nada.
—No. –respondió el doctor rápidamente. —Muchos no pudieron enfrentar salir a la calle. Así que tomaron... Otra opción. Hubo un brote de suicidios. Una época terrible.
Todos escuchaban con atención al doctor, lo miraban con lástima. Los Dixon simplemente miraban a Shane con molestia.
–Maldita sea, Shane, no tenías que ser un aguafiestas. –comentó Cameron, viendo al hombre.
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