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Cameron y Carl caminaban, saliendo de la prisión, con todas sus cosas.
La niña vio como Rick se acercó a su hijo, para ayudarlo a guardar la mochila en el auto, pero el niño se quitó, sin siquiera voltear a mirarlo, yendo él a guardarlo.
Carl llevaba días ignorando a Rick, y a todos los demás, a excepción de a los Dixon.
Cameron se dirigió al auto, pero su hermano la detuvo, para ayudarle a subir todas sus cosas.
-Yo me encargo, Cam. -La niña sonrío, dándole sus mochilas.
-Gracias, Merle.
El hombre guardaba las cosas, mientras la niña iba con su otro hermano, que estaba en la moto.
-Me puedo quedar a ayudar. -pidió la niña, por, al menos, la décima vez en el día.
La mitad del grupo, Daryl, Rick, Carol, Glenn y Maggie, se quedarían en la prisión, pues el Gobernador llegaría.
Los demás, Cameron, Carl, Hershel, Beth y Merle, tendrían que alejarse un poco durante el día, pues, según Rick, no podían, o no deberían, pelear.
-Es peligroso, Cam. -Habló Daryl, viéndola. -Además, Merle aún no está totalmente curado, debes cuidarlo, ¿sí?, el Gobernador cree que está muerto, necesitamos que siga así.
La niña rodó los ojos, pero asintió.
-Lo cuidaré. -aseguró. -Cuídate también.
-Lo haré. -le sonrió el mayor, besando su cabeza.
Merle de acercó a sus dos hermanos, con una pequeña sonrisa, aunque se notaba preocupado por tener que dejar ahí a Daryl.
-Todo estará bien. -lo tranquilizó el arquero.
Merle abrazó a su hermano, con fuerza.
El mayor de los Dixon se había vuelto bastante más cariñoso, al menos con sus hermanos, justo como solía serlo antes del apocalipsis, a Cameron le encantaba tener a su hermano de regreso.
Aunque, el hecho de que Merle se comportara mejor ahora hacía que Rick se sintiera más culpable, pues si él hubiera muerto, hubiera dejado a sus hermanos solos.
-¡Cameron!, ¡Merle! -llamó Hershel, desde el auto, donde ya estaban él, Beth y Carl. -Hay que irnos.
La niña miró a Daryl, antes de entregarle las flechas de su arco.
-Necesitas eso, Cam...
-No es cierto. No las ocupo. Solo es por si algo pasa. -sonrió la niña. -Si necesito algo tengo mi pistola.
El hombre no dijo nada más, solo tomó las flechas, la niña fue corriendo al auto.
Ella estaba sentada atrás, junto a Carl y Merle, adelante iban Hershel y Beth, que tenía a Judith en brazos.
Maggie se despidió de su padre y hermana, mientras Glenn les abría el portón.
Hershel manejaba, sorpresivamente bien para no tener una pierna, alejándose de la cárcel.
Cameron estaba arrecostada en el hombro de su hermano, mientras veía por la ventana.
-¿Merle? -llamó la niña en susurró. El hombre la volteó a ver. -Sí sobrevivimos esto, ¿me enseñas a conducir la moto? -pidió, el mayor soltó una carcajada.
-¿Daryl no te ha enseñado?
-Tenía miedo de que la chocara, porque nos quedaríamos sin lo único tuyo que teníamos, pero ahora que estás con nosotros la quiero destruir con total libertad.
-Entonces está bien, te enseñaré. -aseguró, haciendo a la niña sonreír.
-Todo estará bien. -se escuchó la voz de Hershel, desde el asiento del conductor. -Merle nos dió tiempo extra para estar preparados. -Habló en forma de agradecimiento. -Todo estará mejor ahora.
(...)
Ambos niños, junto a Merle, Hershel y Beth, con Judith en brazos, caminaban por el bosque, ese mismo día.
Había pasado menos de media hora, y se habían comenzado a escuchar explosiones y disparos provenientes de la prisión.
Cameron, al haber dejado su arco en el auto por no tener flechas, sostenía su pequeña pistola con nerviosismo, pues realmente no le gustaban las armas de fuego. La niña caminaba detrás de Carl, y frente a Merle. Detrás del hombre iban los Greene.
Todos caminaban en total silencio, hasta que unos pasos se escucharon acercándose.
Había un chico, tal vez de la edad de Beth, con un arma en manos.
-Baja el arma, hijo. -Habló Hershel, mientras le apuntaba, al igual que los demás, excepto Beth.
-Claro, claro. Tengan. -murmuró empezando a bajar el arma lentamente.
Pero antes de que lograra ponerla en el suelo, Carl disparó, y el cuerpo del chico cayó al suelo.
Lo había matado.
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