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- ¿Cameron? -susurraba el niño, desde la entrada de la celda. -Ve a dormir, ¿sí?, Daryl está durmiendo.
-Debo esperar a que despierte. Debo saber que está bien. -hablaba la pequeña Dixon, en una voz tan baja y apagada que hizo que Carl quisiera solo acercarse y abrazarla hasta hacerla sentir bien.
Pero no lo hizo.
-Hershel se quedará aquí con Merle, él también cree que debes descansar. Llevas casi dos días junto a Merle.
-Y aún no despierta...
-Cam, por favor descansa. -suplicó el niño, recibiendo una inmediata mirada por parte de ella.
Pero ella no habló, simplemente asintió, levantándose con cuidado del suelo.
Carl sonrió mientras la veía, y tomó su mano, para llevarla hasta su celda.
Al entrar, la niña se acostó en su cama, Carl estaba de pie a su lado, viéndola.
-Puedo dormir en otra celda hoy, para no molestarte. -murmuró el niño.
-Duerme aquí. -pidió Cameron, con rapidez.
-De acuerdo. -asintió Carl despacio, acercándose a la litera superior.
Pero Cameron lo detuvo.
- ¿Puedes dormir conmigo hoy? -susurró. -No puedo ir con Merle, Daryl ya está durmiendo y no quiero ir a despertarlo y...
-Sí. -la detuvo Carl, con una pequeña sonrisa. -Todo lo que necesites.
Carl se acostó junto a Cameron, sin estar muy cerca.
Ella lo miraba.
El niño acercó la mano al cabello de ella, acariciándola.
Cameron se acercó un poco más a él, abrazándolo.
Ella observaba su rostro con detenimiento.
Sus ojos, de un azul brillante, que también la observaban, haciéndola sentir, por primera vez, como si hubiera algo en ella que valiera la pena observar.
Y, luego, miró sus labios, de un tierno color rosado.
-Creo que no me mataría si te beso. -susurró.
Carl la miraba, sin poder creerlo.
- ¿Puedo hacerlo? -Habló Carl, con una sonrisa.
Ella solo asintió.
Carl se acercó a ella, acariciando su rostro con suavidad y dulzura.
Y, finalmente, la besó.
Ella correspondió, despacio.
Solo duraron un par de segundos. Cuando se separaron, solo se miraban.
Hasta que Cameron habló.
-Gracias.
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