₀₀₆ ᴅᴀᴍɴ ᴡᴇʟʟ

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—¡No te puedes ir! –denunció la niña, mientras veía como su hermano alistaba su bolso

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—¡No te puedes ir! –denunció la niña, mientras veía como su hermano alistaba su bolso. —Ya los de Términus no nos pueden hacer nada, ¿por qué deben irse?

—Ese fue el trato, Cam. Debo irme.

—Entonces déjame ir contigo.

—Ni se te ocurra, y revisaré todo el bus antes de que nos vayamos, así que ni pienses en esconderte.

—¡Me vas a dejar sola!

—Cam. –suplicó el mayor, viéndola. —Siendo honesto, creí que Daryl ya habría regresado para hoy. Te quedarás aquí por si regresa. Y no estarás sola, confío en los Grimes.

—Si te vas no te volveré a hablar en meses. –advirtió la niña.

Merle no dijo nada, solo caminó hacia ella, dándole un pequeño beso en la frente, con lástima.

—Debo ir.

Cameron se cruzó de brazos, dándose la vuelta para ir afuera de la iglesia, Merle simplemente siguió alistando sus cosas.

La niña salió de la iglesia, sentándose en las gradas de esta, junto a donde estaba Carl con Judith.

—Creí que estarías rogándole a Merle para que no se fuera. –Habló el niño, viéndola.

—Lo intenté, no funcionó. Tal vez ya no soy tan adorable como antes.

Una risa burlona se escuchó detrás de ellos, mientras Abraham salía de la iglesia.

—He visto convictos más adorables. –comentó el militar.

—Para tu información, Zanahoria, en nuestro grupo había un señor que se parecía a Santa, y me encontraba incontrolablemente adorable. –aseguró la niña, viéndolo con molestia, mientras el militar caminaba hacia el autobús.

—¿Y dónde está Santa ahora?

—No es de tu incumbencia. –gruñó ella en voz baja. El mayor entendió lo que significaba, por lo que sólo se alejó de ellos.

—También te encuentro incontrolablemente adorable. –susurró Carl, con algo de burla también.

—No molestes, vaquero. –susurró Cameron, mientras alzaba a Judith.

Ambos niños veían a los militares hablar con los demás del grupo, se estaban despidiendo.

Merle salió de la iglesia, y miró a su hermana, quien solo mantenía su vista en los militares, negándose a ver a su hermano.

El mayor no dijo nada, simplemente se acercó a ella, dejando un pequeño beso en su cabeza, y colocó una bolsa al lado de su hermana.

—Conseguí unos dulces, creí que les podrían gustar. –murmuró. —Cuídense. Ambos. –pidió, volteando unos segundos para ver a Carl, luego regresó la mirada a su hermana. —Te quiero, Cam.

Merle espero unos segundos, queriendo que la niña dijera algo, pero al no escuchar nada, simplemente caminó hacia el autobús, entrando junto a los demás.

Cameron tomó la bolsa, viendo los dulces que habían dentro, tomó uno y le entregó la bolsa a Carl, mientras ambos veían como el autobús empezaba a irse.

Cameron sintió la mano de Carl en su hombro, acariciándola suavemente, en forma de apoyo.

—¿Estás bien?

Cameron no dijo nada unos segundos, mientras veía a Judith, quien solo jugaba con el cabello de la niña.

—Malditamente bien.

—Malditamente bien

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Semi-Automatic ❪Carl Grimes❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora