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Habían pasado un par de semanas desde el asunto con Pete, y ella ya se había olvidado de eso, pues creía que alguien como Pete, al igual que Shane, o que su padre, no merecía ser recordado.
Igual había cosas más importantes de las cuales preocuparse, habían encontrado un lugar lleno de caminantes, demasiados para ser verdad, los cuales podrían fácilmente destruir toda Alexandria si llegaran a acercarse.
Obviamente ya se estaban encargando de solucionarlo, Cameron incluso fue unos días a ayudar en la construcción de algunas cosas. Más que todo se había sentado en el techo de la caravana a darle órdenes a los demás, y le había encantado.
Pero como ya el plan había comenzado, por un par de problemas que se habían dado con un camión que había caído, liberando así a todos los caminantes, ella había tenido que regresar a casa, junto a Merle.
Cameron entendía por qué él no podía ir, Daryl le había explicado, y aunque a ninguno le gustaba aceptarlo, a pesar de que a ambos les diera gracia, Merle ya estaba algo mayor.
Seguía funcional, podía seguir peleando y siendo un idiota como había sido siempre, podría matar a veinte caminantes él sólo usando únicamente su cuchillo, y sólo se cansaría.
Pero preferían evitar posibles accidentes.
Ahora, lo que Cameron no entendía, es por qué no la dejaban ir a ella.
Ella era silenciosa, no atraería a más caminantes, sabía pelear, le gustaba dar órdenes. Tal vez no era muy buena siguiendo instrucciones, y hablaba más de lo que debería. Pero ella quería ir en la moto con Daryl.
Ninguno pudo ir a la misión, como siempre y ya era costumbre, Daryl era el que iba a trabajar mientras ellos dos se quedaban preocupados, por lo que debían distraerse.
Cameron estaba caminando de regreso a su casa, pues había ido a pedirle unas cosas a Jessie, para poder rapar a Merle, ese era su propósito del día.
Ya estaba por llegar a la casa, pero al doblar por una esquina, escuchó un grito desgarrador, y frente a ella, aunque a un par de casas de distancia, un hombre, bastante sucio y descuidado, estaba apuñalando a una mujer, que parecía ser una de las amigas de Carol, varias veces en todo el cuerpo.
La chica observó como tomaba la sangre de la mujer en su mano, dibujándose algo en la frente. Ella no entendía qué pasaba.
Hasta que el hombre alzó su vista, viendo a la chica también, y ella supo que debía correr.
Se dio la vuelta por donde había venido, empezando a correr lo más rápido que podía, escuchando los pasos del hombre detrás de ella.
Cameron dio un par de vueltas alrededor de algunas casas, esperando perderlo, pero él parecía estar decidido a ir por ella.
No pasó mucho tiempo antes de que se empezaran a escuchar otros gritos por la comunidad, confirmando lo que ella temía.
