Semi-Automatic ❪Carl Grimes❫

₀₀₃ ᴀ ɴᴇᴡ sᴛᴀʀᴛ

—Solo un poco, Merle, no seas amargado. –suplicaba la niña, haciendo un pequeño puchero mientras veía a su hermano, quien rendido le acercó la botella, sirviéndole del vino en el vaso.

—Solo un poco, ningún tipo de alcohol te va a gustar la primera vez, así que ni lo intentes.

—Primera vez. –susurró burlona, viendo de reojo a Daryl, sabiendo que él no le había contado sobre el laboratio.

Merle miró a Daryl, confundido, mientras este solo comía con rapidez, evitando su mirada, intentando no reír.

—¿Algo que quieran decirme?

La niña solo negó, mientras se tomaba toda la bebida de un rápido sorbo, para luego hacer una pequeña mueca por el ardor, haciendo al mayor reír.

Luego la niña lo volvió a ver.

—Quiero más.

—En tus sueños, Cam, no te quiero embriagada en una iglesia, eso es lo mío.

—Pero yo...

—¿Por qué no mejor me dicen qué es lo que no me han contado?

—Iré con Carl. –Habló rápido, poniéndose de pie. Tomó su plato de comida y fue a buscar al niño, sentándose a su lado, dejando a sus hermanos solos.

Carl también estaba comiendo, al igual que todos los demás del grupo.

Habían encontrado bastante comida, por lo que finalmente estaban comiendo como se debía.

La iglesia estaba llena de candelas por todos lados, haciéndolo bastante acogedor, y calentándolos durante la fría noche.

—¿Le dijiste a Rick lo que encontraste? –susurró la niña, para que solo él escuchara.

Carl asintió lentamente, antes de mirarla.

—Dice que estará más atento, para que nada malo pase. Le dije que eso no quería decir que Gabriel fuera malo...

—¿Quién le dice a un cura que "arderá por esto" si no es malo?, Carl, sé que quieres creer que aún quedan buenas personas, pero eso es peligroso.

—Lo sé. –susurró él, con la mirada baja. —Pero aún tengo esperanza.

—Te envidio por eso.

Ambos siguieron comiendo, hasta que la voz de Abraham resonó en las paredes de la iglesia.

—¡Quiero proponer un brindis! –Habló el pelirrojo, haciendo que el grupo se quedara en silencio para escucharlo. —Los veo a cada uno de ustedes, y veo sobrevivientes. Cada uno de ustedes se ganó ese título. –aseguró el hombre, levantando su copa. —¡Por los sobrevivientes!

—¡Por los sobrevivientes! –celebró el grupo en unísono, levantando sus copas de igual manera. —Salud.

Un suave golpe de cristal sonó, mientras el grupo chocaba sus copas lentamente, antes de que se volviera a escuchar la voz de Abraham, esta vez más serio.

—Pero ¿eso es todo lo que quieren ser?, ¿levantarse en la mañana, matar a los imbéciles no muertos, buscar comida, ir a dormir con un ojo abierto, enjuagar y repetir?, pueden hacer eso. Tienen la fortaleza, la habilidad. La cosa es, para ustedes, con toda esa capacidad, eso es rendirse. Si Eugene llega a Washington hará que los muertos realmente mueran, y eso no es poco premio por un pequeño viaje en auto.

Cameron se encontró a sí misma escuchando con atención al soldado, pues este hablaba con gran seguridad al respecto, captando la atención de todos.

—Eugene, ¿qué hay en DC? –preguntó el pelirrojo.

El científico tardó unos segundos antes de responder.

—Infraestructura construida para soportar pandemias, incluso de esta jodida magnitud. Eso quiere decir alimento, combustible, refugio.... Un nuevo comienzo.

Abraham sonreía al escuchar al hombre, y volvió a hablar.

—Más allá de cuanto tarde este nuevo comienzo en empezar, allá estarán seguros. Más seguros de lo que han estado alguna vez desde el inicio de todo esto... Vengan con nosotros. Salven el mundo para esa pequeña. –pidió, mirando a Judith. —Para ustedes mismos. Para su familia. Para las personas allá afuera que no tienes otra opción más que sobrevivir.

Hubo un corto silencio después de eso, que acabó al escucharse los pequeños soniditos de Judith, que hicieron sonreír a Rick.

—¿Qué dices? –murmuró, haciendo al grupo reír. —Creo que ella sabe lo que estoy a punto de decir... Ella quiere ir. Si ella quiere ir, yo quiero... Iremos. –aseguró.