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Daryl Dixon corría hacia el campamento, seguido de Rick, Glenn y T-Dog.
Habían pasado muchas cosas durante el día, entre esas cosas: No habían encontrado a Merle.
Otra de esas cosas: Les habían robado la camioneta con la que habían ido hasta Atlanta. Y, probablemente, había sido Merle.
Ya era de noche, los cuatro hombres corrían de regreso al campamento, todo el camino desde Atlanta, pero habían empezado a escuchar gritos, por lo que, aún sin fuerzas, corrían hacia allá.
Al llegar los hombres vieron a las personas del campamento, y caminantes, un poco más de diez caminantes cerca, atacándolos.
Dixon, con una de las armas que habían recogido de Atlanta, empezó a dispararles en la cabeza a los muertos, seguido de Glenn, T-Dog y Rick, quienes hacían lo mismo.
A los pocos segundos ya todos los caminantes estaban re-muertos.
Daryl vio a Carl correr a los brazos de su padre, al igual que Lori, pero el arquero simplemente pasó a su lado, buscando a su hermanita.
—¡Cameron! –Dixon gritaba, viendo alrededor, hasta que vio, encima de la caravana de Dale, a su pequeña hermana, con su arco en manos, le había estado disparando a los caminantes.
El hombre corrió hacia ella, ayudándola a bajar, abrazándola, la niña correspondía.
Unos gritos de empezaron a escuchar al lado de ellos, los dos hermanos Dixon voltearon a ver.
En el suelo, al frente de la caravana, de encontraba Andrea, sosteniendo el rostro de su hermana menor Amy, quien estaba cubierta de sangre. La habían mordido, en el cuello y en el brazo.
Daryl abrazó con más fuerza a Cameron, pues sabía que fácilmente pudo hacer sido ella. La alzó con cuidado, para empezar a caminar a su carpa.
Cameron veía a Andrea mientras se iba, pero no sentía nada. No sentía lástima o pena. A diferencia del grupo.
Y mientras la niña veía el campamento, notó algo.
El grupo de Daryl que se había ido a Atlanta había regresado, pero no estaba Merle.
La pequeña Dixon se separó un poco del cuerpo de su hermano, bajándose de sus brazos, el arquero la miró confundido.
Hasta que notó esa mirada, los azules ojos de su hermanita, los cuales eran aún más brillantes que las de sus dos hermanos, probablemente por parte de su mamá, estaban un poco decaídos, tristes, preocupados.
El hombre entendió a los segundos, tomó la mano de su hermanita y caminó hacia Glenn, quien miraba alrededor con pánico, como si esperara más caminantes.
El arquero no dijo nada, simplemente se acercó al asiático, y abrió el bolso de este, sacando un paño azul que envolvía algo, y se lo entregó a Cameron.
La niña algo confundida desenvolvió el paño, viendo, una bastante asquerosa, mano.
—¡Mierda! –Cameron se sobresaltó, tirando la mano al piso por error, ambos hermanos, y Glenn, miraban la mano en el suelo, sin decir nada por unos segundos. —¿Encontraron solo la mano o a Merle caminante?
—La mano. —respondió Glenn, con algo de temor.
—Se cortó la mano para librarse de las esposas. Luego se lo saturó con el fuego de una cocina. Debía seguir en la cuidad cuando llegamos porque nos robó la camioneta. –explicó Daryl.
—Que hijo de puta más fuerte. –susurró la niña, antes de ver a los dos hombres. —¿Les robó la camioneta un hombre mutilado? –ambos simplemente asintieron, ninguno quitaba la mirada de la mano. —Que inútiles.
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