₀₀₀ ɪ ᴄᴀɴ'ᴛ ʟᴇᴀᴠᴇ ᴛʜᴇᴍ

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—¡Hay que irnos! –El grito de Andrea hizo que T-Dog, Morales y Jacqui tomaran sus bolsos, empezando a correr hacia la puerta, para salir de la azotea

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—¡Hay que irnos! –El grito de Andrea hizo que T-Dog, Morales y Jacqui tomaran sus bolsos, empezando a correr hacia la puerta, para salir de la azotea.

—¡Hey!, ¡no pueden dejarme aquí! –los gritos de Merle Dixon, quien estaba esposado a unos tubos, empezaron a resonar de inmediato. —¡Morales, hombre, sácame de aquí!, ¡tengo hermanos también, Andrea!

Los demás salieron de la azotea, pero T-Dog se mantuvo viendo Dixon, con remordimiento.

—¡Mis hermanitos, hombre!, no los puedo dejar, no es de humanos.

T-Dog, ya rendido, empezó a caminar hacia el hombre, con la llave de las esposas es mano.

Pero justo al estar frente a él, el moreno se resbaló con una caja de herramientas que estaba tirada en el suelo, cayendo, soltando la llave.

Ambos hombres vieron la pequeña llave caer por la cañería, y de inmediato los gritos de Merle regresaron.

—¡Hijo de p....!, ¡Lo hiciste a propósito!

—Fue un accidente. –aseguró T-Dog.

—¡Mientes!

—¡Lo lamento!

Merle empezó a revolcarse en el suelo, intentando, inútilmente, liberarse de las esposas.

—¡No me puedes dejar aquí! –volvió a gritar Dixon. —¡Mis hermanos estarán solos!, ¡morirán y será culpa tuya!

—Perdón...

T-Dog caminó hacia la puerta, con los gritos de Merle detrás de él.

Pero, antes de bajar e ir con su grupo, se acercó a la puerta, cerrándola con cadenas.

El hombre corrió donde estaban los demás, detrás de él los caminantes entraban al edificio en el que estaban.

Un sheriff, que habían encontrado ese día, había llegado con un pequeño camión para sacarlos de la ciudad, pues estaban justo en el centro de Atlanta.

T-Dog le ayudó a los demás a abrir la puerta, y empezaron a subir los bolsos al camión, entrando a este, mientras los caminantes de acercaban.

Morales cerró la compuesta, mientras el sheriff aceleraba, para salir finalmente de ahí.

Se sentaron en el suelo, Morales fue al asiento de copiloto.

T-Dog sintió la miraba de todos en él, mientras veían al rededor, buscando a Merle.

Pues, aunque el hombre era un imbécil, también tenía familia, y era, posiblemente, humano.

—Se me cayó la maldita llave. –explicó el hombre, viéndolos.

—Nadie estará triste porque él no vuelva. –Habló Morales. —Excepto Daryl y Cameron.

—¿Daryl y Cameron? –preguntó el sheriff, viéndolo.

—Sus hermanos, Daryl es unos años menor que Merle, tal vez unos 12 años menor o un poco más, pero Cameron es una niña, tiene unos 10 años o algo así. –explicó.

Nadie dijo nada después, hasta que Andrea volvió a hablar.

—¿Dónde está Glenn?

—¿Dónde está Glenn?

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Semi-Automatic ❪Carl Grimes❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora