Se van a tocar temas de diferentes temas de abuso familiar y demás, aunque nada explícito, no leer si se es sensible a algún tema relacionado.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Pero yo quiero ir. -pedía Cameron, caminando detrás de Carol, quien solo negaba.
—Es peligroso.
—Van a necesitar ayuda.
—Y también los necesitaremos aquí si algo pasa. -explicó la mujer, y la sonrisa de la chica se borró de inmediato.
— ¿Crees que algo puede pasar?
Carol bajó un poco la mirada, pensando bien en las palabras para usar, pues no quería preocupar más a la menor.
—Solo estoy intentando convencer de que te quedes aquí, Cam.
—Pues no me gusta esa forma de convencerme. -respondió de inmediato.
Carol se acercó a la chica, dándole un pequeño beso en la cabeza.
—Quédate aquí. Tus hermanos estarán menos preocupados si saben que estás segura aquí, y yo igual.
La chica miró a la mujer unos segundos, antes de asentir.
—Solo cuídense, por favor.
—Todo estará bien. -aseguró la mujer.
El grupo ya se estaba preparando para ir a matar a los Salvadores, pero Cameron y Carl tenían prohibido ir, lo cual a los chicos no les agradó para nada.
Cameron se acercó al chico, que tenía a su hermanita en brazos, mientras veían como los del grupo subían a la caravana.
La rubia vio a sus dos hermanos acercarse a ella, para despedirse.
—Volveremos mañana, así que cuídense. -pidió el mayor, viendo a ambos chicos, quienes sólo asintieron.
Merle se acercó a ella, dándole un beso en la cabeza, para luego despedirse de Carl con una seña.
Daryl por su parte, chocó puños con ambos, y luego dejó otro beso en la cabeza de su hermana.
Cameron sentía que ya con tantos besos, más bien parecía un bautizo, pero no le molestaba.
Los dos hombres subieron a la caravana, detrás de ellos subió Abraham, quien cerró la puerta.
El vehículo se alejó de ellos, saliendo de Alexandria, y ninguno quitó la vista de el, hasta que ya no la veían.
Ambos sabían que estaban igual de preocupados, pero preferían no hablar de eso.
La chica caminó hacia su casa, y el castaño iba detrás de ella, sin decir nada.
Al entrar, Carl se sentó en la sala, con su hermanita en brazos, quien jugaba con el sombrero del chico, mientras que Cameron parecía estar buscando algunas cosas en la cocina.
