Epílogo

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Un año después

- ¿Me veo bien?

- Por enésima vez Gina, estás perfecta. - Michelle estaba con el niño en brazos. Ya había pasado la fase de dormir y llorar y ahora empezaba a explorar el entorno un poco más. En ese momento, se había quedado mirando fijamente el pelo de su madre.

- ¿De verdad? - Seguía mirándome  desde mil ángulos posibles en el espejo de cuerpo entero.

- El toque de los pendientes con el estampado del vestido te queda muy elegante y el vestido en sí... es encantador. A Connor le saldrán los ojos al verte. - Escucharle decir eso hacía que me sonrojara.

Llevaba un vestido azul navy ideal para fiestas de noche. En unas horas se hacía una presentación en la gala de la empresa de su familia. Se celebraba en un hotel, en las afueras de la ciudad, con una vista espectacular del mar. Tenía ganas de verle. Después de aquel encuentro en el hospital, cuando nació su sobrino, fuimos hablando de vez en cuando. Él tenía que solucionar muchas cosas consigo mismo. Yo ya me sentía mejor en ese momento, no estaba muy segura de lo que quería. Hacía un mes que habíamos empezado a hablar con más frecuencia. Hoy sería la segunda vez que nos veríamos desde que estábamos más unidos.

- ¿Y dices que es vuestra segunda cita? ¿Y ya te invita a una fiesta de gala? - Puse los ojos en blanco. Obviamente Michelle no sabía quién era Connor y tampoco estaba segura de si algún día se lo diría.

- Nos conocemos de antes, pero no habíamos salido. - Alzó una ceja, interrogante. - ¿Qué?

- Te gusta de verdad. - La que alzó la ceja ahora fui yo. - No te había visto tan animada para salir con alguien desde lo de Jeff. - Me encogí de hombros.

- Es verdad. Él me gusta el doble, que digo, el triple que los demás. - Michelle se puso a reír.

- ¿Cómo es? Tengo curiosidad. ¿Me lo presentarás?

- Michelle es demasiado pronto. No sé si esto va a salir bien. - Aunque la verdad, rezaba para que saliera bien. Lo deseaba con toda mi alma.

- Claro que sí. - Me cogió de los hombros y señaló con su mano el reflejo en el que me veía. - Estás guapísima, eres una chica divertida, inteligente, trabajadora, empática y un poco testaruda pero lo disumulas bien al principio.

-Oye... - le dije dándole un suave empujón y nos echamos a reír.

- Me encantan esos pendientes. Creo que deberías irte ya. - Dijo sonriendo Michelle.

El taxi me dejó en el hotel minutos después, quería llegar antes para poder estar con Connor y también de paso ver a su familia con tranquilidad. Estaba excitada, tenía ganas de desconnectar y de fiesta. No conocía a la mayoría de las personas que habría pero eso daba igual. Me centraría en la buena música, una pista de baile y con la atención de Connor siempre que pudiera. Me dirigí a su habitación, Kathy me había dicho que se habían quedado en una habitación cercana y sus padres también. De Adam no sabía nada. Mientras me acercaba me iba arreglando el pelo, estaba nerviosa. Justo antes de llegar, iba a golpear suavemente la puerta cuando escuché varias voces. Connor parecía nervioso.

- No creo que hoy sea el momento más adecuado para hacer esta intervención. Habrá mucha gente. Quedamos en hacerlo la semana que viene en la reunión con ...

- Es demasiado arriesgado. Mejor así, vendrá con la guardia baja. Es poco probable que piense que le cogeremos aquí. Sabemos que está a la defensiva desde que pillamos a sus hombres en la frontera. - Fruncí el ceño, ese era... no podía ser. Se hizo un silencio.

- ¿Estás seguro?

- No lo haremos en medio, seremos sigilosos. Los invitados no se van a enterar, le distraeremos y lo llevaremos aparte. Ya ha picado el anzuelo, ahora viene la parte más fácil; cogerlo. - Cerré los ojos, sí que era él.

Caminar JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora