8. Aniversario

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Jack vino otro día a cenar y se quedó hasta altas horas de la madrugada hablando con Vicky. Cuando hablé con ella se mostró más optimista y me confirmó que realmente le gustaba.

El viernes, encontré un mensaje de Jack a las ocho de la mañana diciéndome que vendría a buscarme en veinte minutos. Le di las gracias y me apresuré a prepararme. Nada más subir al coche, le pinché:

− Vicky y tu, ¿eh? ¡Quién iba a decirlo! Si llego a saberlo, te la presento antes.

− Deberías haberlo hecho. - me contestó Jack sonriendo. Me eché a reír.

− Entonces... ¿qué tal?

− ¿No te ha contado nada?

− No me ha dado demasiados detalles, no. De todas maneras tampoco puedo decirte todo lo que me dice ella a mí, tienes que hacerlo tú.

− Ayer nos besamos. - me dijo mirando al frente y con las mejillas un poco sonrosadas.

− Ohh sí!!!! Lo sabía! -le grité, entusiasmada.- Sabía que tarde o temprano pasaría. - Le dije con una sonrisa. - ¿Te gusta de verdad?

− Sí, claro. - me contestó mientras se le borraba la sonrisa de la cara.

− ¿Habéis hablado de lo que esperáis el uno del otro? ¿novios? - le pregunto alzando las cejas.

Puso los ojos en blanco mientras giraba a la izquierda.

− Gina, le das demasiado al coco, ¿vale? Solo fue un beso, nada más. Acabamos de conocernos.

− Pero si acabas de decirme que te gusta de verdad. - le respondí, mirándole con incredulidad.

− Lo sé y es verdad pero fue algo espontáneo. No era el momento para hablar de nada más. Aparte que me ha contado que acaba de salir de una relación complicada y no quiero marearla solo con el primer beso.

Suspiré, quizás tenía razón. Después de todo yo no tenía experiencia en estos temas.

− Supongo que tienes razón. Pero creo que deberíais aclarar las cosas por si acaso. Quizás ella quiere un rollo y tú no o viceversa. ¿Qué quieres tú? ¿Vas en serio con ella?

− No lo sé, la verdad. - me dijo un poco enfadado. - Pero quiero seguir viéndola.

− Eso es algo... - murmuré.- Vicky lo ha pasado mal, todavía no sé muchas cosas pero no se lleva bien con su familia. Debe de ser duro.

− Si, sin duda. - me dijo él con voz débil. - No sé qué habría sido de mí sin mi familia. Si no me hubieran apoyado, no hubiese llegado a la universidad. Les estoy muy agradecido por lo que han hecho.

Miró hacia el edificio de económicas, mientras hablaba, reflexionando.

− Gracias por compartirlo. Yo también le estoy muy agradecida a mi madre por todo lo que ha hecho... y sigue haciendo.

− ¿Sigue? - me preguntó él con una voz indecisa y con precaución en los ojos.

− Si... Mi madre me enseñó a disfrutar de las pequeñas cosas de cada día y con ella aprendí a quererme tal como soy. Sigue mostrándome el camino, sigue conmigo aunque a veces me cuesta más verlo.

− Tienes razón. - asintió Jack, creo que un poco sorprendido por mi reflexión filosófica. - Pero creo que necesito un café antes de seguir filosofando de este modo. Deberíamos dejarlo para más tarde, cuando tenga todas las neuronas activadas. - nos echamos a reír ambos y fuimos rápido a por un café antes de clase.

− ¿Tienes planes para hoy? - le dije a modo de despedida. - Esta noche no trabajo en el restaurante, Elliot me ha pedido que no hace falta que vaya esta semana.

Caminar JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora