Capítulo 8

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Cuando abro los ojos por la mañana, me duele la cabeza. Cam está rodeándome con su brazo y tiene su cabeza muy cerca de la mía. Las piernas son un revoltijo. Estoy vestida y eso me permite respirar hondo y no entrar en pánico. Recuerdo la estupidez de dejar que me besara, debía haber bebido más de lo que pensaba. Intento apartarme con suavidad. Cecilia... tengo que saber más cosas de esa chica. Me levanto y me largo de la habitación antes de que se despierte. Debo entrenar.

Después de dos horas, estoy agotada. Necesito una ducha y comer algo. Hoy ya falta menos para llegar a casa, penúltima noche. Pensamientos que me transmiten un poco de luz en esta oscuridad. La verdad es que disfrutaba bailando sin la presión del grupo, simplemente a mi aire. Una hora después me tomé un descanso. No quería ver a Cam ni a nadie de su familia. Pero de repente empecé a sudar y notaba cómo la cabeza me daba vueltas. Moví los brazos para sostenerme pero no me respondían.

*   *    *

Me desperté, medio grogui, en brazos de alguien. Luego escuché la voz de Cam.

- ¿Qué ha pasado? - Preguntó pero yo no era capaz de responder. Tenía un nudo en la garganta y la cabeza todavía me daba vueltas. 

- Me la he encontrado así en la sala en la que baila. No sé cuanto tiempo hace que está inconsciente.

Escuché unos papeles moviéndose y luego sentí algo suave debajo de mí. Intenté abrir los ojos pero no podía. El nudo todavía me oprimía la garganta. Alguien apartó mi pelo sudado de mi nuca y sentí respirar esa zona. El contacto me aliviaba el malestar.

- Voy a llamar a un médico. - Añadió la voz desconocida.

Alguien me cogió de la mano y me continuó apartando el pelo de la cara.

- ¡Gina! ¡Ei! Responde. - Me dijo Cam cogiéndome de la mandíbula. - ¡Vamos! 

Alzó mi cabeza un poco y me sentí mejor. Creo que conseguí murmurar agua porque me trajo un vaso y me ayudó a beber. Ya podía abrir los ojos pero me sentía muy débil. Entonces se abrió la puerta y giré la cabeza lentamente. Aparecieron Adam y un hombre que no reconocí. Respiré hondo mientras el hombre me examinaba. Adam se quedó mirándome, con preocupación. Cam también estaba allí pero miraba al doctor.

- Estás baja de azúcar. ¿Has comido algo?

- Sí, me he tomado un zumo antes de entrenar.

- ¿Solo un zumo? - Me preguntó el hombre con la ceja alzada. - ¿Cuántas horas has estado haciendo ejercicio? - Hice una mueca. - Me lo temía. Sabes que no es suficiente y que debes hidratarte con frecuencia.

- Me duele la cabeza y el brazo. - Añadí tocándome una zona especialmente sensible.

- No hay duda que te saldrán algunos morados de la caída. Nada de ejercicio hasta que se acabe el viaje, descansa y come. ¿Es la primera vez que te ocurre algo así?

- Sí

- Bien. ¿Sois familiares? - Preguntó a los dos chicos. Fruncí el ceño.

- Soy su novio. - Contestó Cam. Estuve a punto de rodar los ojos.

- Sea lo que sea, puede decírmelo a mí.

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