14. Otra perspectiva

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Ella me miró con cariño, supongo que ya esperaba que este día no tardaría en llegar.

− Vamos a sentarnos y te explicaré algunas cosas con tranquilidad. Te he preparado la cena.

− Gracias. - dije mientras me sorbía los mocos.

Odiaba sentirme así. Todo mi mundo estaba patas arriba desde hacía unos pocos meses. Me daba la sensación de no ser capaz de soportar nada más pero iría hasta el fondo del asunto, quería comprender qué había pasado.

Al sentarnos, me quedé mirando a Lily esperando su discurso. Ella me miró y suspiró.

− Como supongo que notaste la última vez que vino tu... - vio mi cara contrariada y prefirió no terminar con la frase – John, mi segundo hijo, le dejé bien claro que no comparto ni tampoco me gustan ciertos modos suyos de actuar.

- Sin embargo, ya es mayorcito y puede hacer lo que quiera pero yo soy su madre. Así que puedo decirle y opinar lo que a mí me parezca. Pensarás, ¿qué tiene eso que ver con nada? Ahora mismo lo entenderás. Empezaré desde el principio...

Lily se sumergió en un silencio profundo, cargado de nostalgia. Le di su tiempo, no pensaba incomodarme. Me pareció verla sonreír un momento.

"Recuerdo exactamente cuando John empezó la universidad, estaba entusiasmado al ser aceptado en derecho. Tenía tantas ganas de trabajar y comerse el mundo... No estaba por tonterías.

Sin embargo, el ambiente universitario es muy variado y él se sumergió en el mundo de las fiestas. Sus notas no bajaron, sabía cuándo podía salir y cuándo no. Conocía a mucha gente.

Entró a hacer prácticas en un bufete famoso, no le pagaban pero a él no le importaba en ese momento. La experiencia era lo que le interesaba. Le dieron la oportunidad de hacerlas en otro bufete pero declinó la oferta porque no tenían tanto renombre. Estuvo trabajando todo el verano para ellos también.

El año siguiente conoció a tu madre. Me habló de ella desde el principio. Me explicó que la conoció en la biblioteca. Parece ser que tu madre le preguntó cómo funcionaba una impresora y a partir de entonces se fueron viendo.

También me dijo que solían encontrarse en alguna fiesta. Tu madre vivía con tu abuela y John la acompañaba muchas veces a casa. Yo le dije que, cuando fuera a verle, quería conocerla. Él me contestó que era muy pronto y que ya veríamos. No llegó a decirme que no.

Un día, de repente, dejó de hablar de ella. Debes entender que yo no le preguntaba, John espontáneamente me contaba lo que hacían.

Al principio, opté por no forzarle a contarme nada pero pasado un tiempo, al ver que seguía sin contarme nada de Sophia, lo hice. Me dijo que tenía mucho trabajo y que prácticamente no tenían tiempo para verse. Me sorprendió. John siempre se había organizado para poder hacerlo todo.

Volví a preguntarle y cada vez me decía la misma excusa pero veía que se ponía nervioso. No quedaba mucho tiempo para que fuera a verle por aquel entonces. Una semana antes de ir, insistió para que no fuera. Me decía que Elliot y la pequeña Michelle, me necesitaban más y que él estaba bien.

Sin embargo, yo ya había tomado una resolución. En las últimas semanas, intuí que pasaba algo y al decirme que no quería ir me lo confirmó. Estaba preocupada. No me imaginaba qué podía pasar.

No pensé en Sophia, pensaba que si no me la nombraba tanto era porque lo habían dejado y no quería decírmelo. No se me ocurrió nada más. El día que llegué, tu padre estaba nervioso.

Dimos un paseo por el campus y me llevó a cenar. Al terminar, le pregunté qué le ocurría. Él iba a contestarme que dejara de meterme en sus asuntos que ya era mayor para esas tonterías de madre. Lo intuí y no creo que me hubiese contado nada si en aquel instante dos chicas no hubieran entrado en el local. "

Caminar JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora