Capítulo 23

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Me invitó a tomarnos algo, así que salimos del hospital y entramos en la primera cafetería que encontramos. Todavía estaba asimilando que me hubiera propuesto ir con él. Se sentó, con su elegancia natural y seguridad en sí mismo. Me quedé embriagada por su olor; atractivo y salvaje a la vez. Se aclaró la garganta y se arregló las mangas de la camisa, mientras nos traían los cafés. Yo estaba tan nerviosa como él aunque lo único que notaba era mi corazón martilleando con fuerza. Él no decía nada así que no pude más y le felicité:

- Enhorabuena por tu sobrino. - Sonrió, un poco distraído.

- Gracias, la verdad es que todavía me cuesta hacerme a la idea de que Katy sea madre. Pero está muy contenta así que... supongo que juzgé a Nico un poco precipitadamente. - Me encogí de hombros.

- Es tu hermana y quieres protegerla.

- No me suele salir bien. - No sé si había conseguido relajarme ni reajarle un poco con esa conversación más bien superficial. Acabamos hablando los dos a la vez.

- Gina yo... - susurró.

- ¿Qué hacías en el funeral? - Conectamos nuestra mirada unos segundos hasta que él la apartó para mirar por la ventana a su izquierda. - Eras tú, ¿verdad? - Pregunté intentando forzarle a que volviese a mirarme.

- Sí. - Fruncí el ceño mientras intentaba ver en su interior. - Después de lo que pasó, no podía parar de pensar en el daño que te había hecho y cómo me había aprovechado de tu debilidad. - Me puse rígida y me quedé muy quieta, escuchándolo. Él me miraba con precaución. - Me consolaba saber que al menos, dentro de esa situación de... no sé cómo llamarla, había un niño y una familia que se habían beneficiado, sin verse envueltos en esto. Pero solo pudo tener unos meses más...  tampoco sirvió de nada.

- Te equivocas. Conozco a su familia, especialemente a su hermana y esos meses significaron mucho para ellos. Además, pudieron ir de viaje a Laponia a ver el país de Santa Claus, lo que él siempre había querido. Pudo disfrutrar de eso y de su familia. - Él asentía.

- Pero ha muerto, igualmente. - Dijo ensimismado en sus pensamientos.

- ¿Sabías que se habían ido de viaje?

- ¿Qué?

- ¿Lo sabías? - Se quedó mirándome.

- ¿Por qué lo sabías entonces?

- ¿De qué los conocías?

- No evites la pregunta. ¿Lo sabías? - Pregunté cada vez más confundida.

- Déjalo.

- ¿Por qué no quieres contestarme? - Pregunté echándome un poco para atrás, inconscientemente. Él lo notó y acabó cediendo.

- Compré la fundación que les ofreció el viaje. Y señalé en su dirección, ya cumplía los requisitos para poder hacer un viaje. - Le miré, sin palabras. - También entró en un ensayo clínico. - Yo no sabía eso. - pero no estuvimos a tiempo. ¿De qué los conocías tú?

- Conocí a Valeria en el hospital y nos hicimos amigas. - Todavía asimilando que hubise hecho todo esto por él. - ¿Por qué mostraste tanto interés en él? - Puso los ojos en blanco.

- Ya te he contestado a esta pregunta, quería que saliera bien algo de eso. Pero al parece no he podido salvarle tampoco. - Entonces clavó su mirada en la mía. - Me sorprendió verte allí, la verdad. - Mi mente viajó un momento a ese día y recordé que estaba hablando con Jeff cuando vi su silueta. - Y que accedieras a venir ahora.

Tragué saliva. No sabía si quería hablar de Jeff con Connor. Se me hacía demasiado extraño. Quería a Jeff, creo que incluso seguía algo enamorada pero ya no había sido lo mismo volver con él. Sé que él sentía lo mismo pero tampoco para él tampoco funcionó... quizás habíamos cambiado demasiado. Al ver que no respondía, Cam se adelantó y habló:

- ¿Por qué has dejado el baile profesional? - Preguntó en un susurro. -

- Necesitaba más estabilidad y estar sin tanta presión, almenos durante un tiempo.

- He echado de menos verte bailar. - Añadió atrapándome con su mirada y provocando pequeños acelerones en mi corazón.

- Seguro que has sido el único. - Añadí riendo y haciendo caso omiso de todo lo que despertaba su mirada en mi cuerpo.

- No te creas - dijo con una sonrisa.

- Tu hermana me ha dicho que habéis hecho una tregua de paz tu y Adam.

- Ay... Katy nunca sabe cuando debe callar. - Sonreí.

- ¿Por qué? Creo que es algo bueno, para toda tu familia.

-Sí, creo que las cenas se han relajado... incluso mi madre se ha relajado conmigo.

- Me alegro, tu padre parecía sufrir por eso. - Se le escapó una sonrisa de reproche.

- No sé cómo los has hecho pero mi padre te adora. - Sonreí y me encogí de hombros. - Estuve pensando en lo que me dijiste, de mi hermano y Cecilia... y hablé con él. Supongo que realmente pensaba que Cecilia me quería porque desde entonces ha cambiado algo entre nosotros.

-Me alegro que lo hablaras con él.

Sin embargo, no pude evitar pensar que todo el mundo seguía su vida y yo seguía bloqueada en un momento en el que no era feliz ni desdichada. Me encontraba en una especie de limbo. Sabía que no quería en mi vida, pero aún me quedaba por descubrir qué era lo que sí quería y avanzar hacia la felicidad. Al menos, mi terapeuta decía que estaba haciendo progresos. Que debía enfrentarme a las situaciones y no intentar enterrarlas y huir. Gracias a eso, había sido capaz de poder darme cuenta que no quería, ni tenía sentido seguir con Jeff.

- Hay una cosa que ronda mi mente desde hace muchos días y no puedo dejar de pensar en... - Connor hizo una pausa. - ese día, hubo un momento en el que salí después de haber hecho la donación para Michelle. Podrías haberte ido. La puerta estaba abierta. Y no lo hiciste. ¿Por qué? ¿Por qué simplemente no te fuiste? - dijo apretando si taza con fuerza.?Tragué saliva.

- No lo sé. No tenía fuerzas para enfrentarme a nada más ni salir de ahí. Es una excusa muy débil pero no recuerdo mucho de lo que pasó ese día, en general. Lo recuerdo como una nube borrosa en mi mente. - Dije en un susurro, con la voz entrecortada. Sentía que las lágrimas acudían a mis ojos. No me dejó mucho tiempo para reponerme que preguntó.

- ¿Qué estás haciendo aquí Gina? - Alcé mi mirada para contactar con él.

- ¿Qué quieres decir? - Pregunté, limpiando la lágrima que se había escapado. - He ido a ver a tu hermana.

- No, me refiero a qué estás haciendo realmente aquí. Ahora. Conmigo. - Me quedé sorprendida, sin saber la respuesta. - En el funeral... te vi con... me pareció verte con ese novio tuyo. -Suspiré.

- Estuve con él, ya no. - Él no dijo nada más, solo me miraba con lo que parecía cariño. - ¿Y tú por qué me has invitado?

- Te echaba de menos.

Caminar JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora