28. En familia

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La cena marchaba bien, nadie había sacado el tema que todos teníamos en la cabeza. Pero me parecía bien. La conversación fluía, sin conversaciones forzadas ni silencios incómodos.

Le había traído a Lily su desayuno favorito; un dulce de crema y manzana. Me encantaba tener esos detalles con ella porque siempre se ponía muy contenta. Ojalá hubiese heredado algo de su jovialidad.

John nos explicaba algunas anécdotas del despacho en el que trabajaba. Quería preguntarle qué pasaba si un padre reclamaba la custodia de su hija, por si ocurría esa desgracia con Olivia. No me atreví a hacerlo, no quería verbalizarlo y mucho menos que me preguntaran al respecto.

- Bueno hijos, creo que me voy a dormir. Estoy muy cansada hoy. Además, creo que necesitáis hablar en privado.

Le dio un beso a su hijo y luego se acercó a mí. Le di otro y le acaricié el brazo mientras le deseaba las buenas noches. Ella me miró con dulzura, sabiendo cuánto me costaba tener esa conversación. Le sonreí, comunicándole que ya estaba preparada para enfrentarme a ello.

- No voy a repetirte la historia porque estoy seguro que ya la has escuchado miles de veces. Sé que tu madre te escribió una carta, que luego hablaste con tu abuela y por tu propia experiencia. - Por ese entonces, había captado toda mi atención. Le miraba recelosa. - La actitud que has mostrado desde que sabes la verdad es admirable. Te lo agradezco porque no la merezco.

Mi corazón iba acelerado. No pensaba que empezaríamos la conversación con halagos. Iba a contestarle que no quería su aceptación y que no era eso lo que buscaba pero me interrumpió.

- Lo sé. El realidad no te importa pero eso no es lo que quiero decir. Éramos muy jóvenes cuando te tuvimos. Ninguno de los dos te esperaba pero tu madre tomó una decisión que ahora juzgo como la más acertada. Yo me dejé llevar por mis ambiciones y me equivoqué. Sé que un lo siento no es suficiente pero aún así, quiero pedirte perdón. Perdón por haberte fallado. - Se quedó callado y yo no supe qué responder. Un mar de emociones amenazaban con estallar en mi interior. - Fui un egoísta y un irresponsable.

Nos quedamos en silencio. Dejando que esas palabras tan ansiadas por ambos nos dejasen un regusto de reconciliación y reencuentro. Permitiendo que ese espacio compartido ahondara en nuestro ser.

Supe que tenía que responder y deseaba hacerlo, pero no podía expresar lo que sentía. Así que me acerqué a abrazarlo. No era algo irreflexivo, llevaba tiempo pensando cómo me sentía respecto a que John fuera mi padre. No sé hasta que punto lo había perdonado. A pesar de ello, estaba segura de que si él lo deseaba, yo querría que estuviese en mi vida. Sobre todo por mí pero también por mi madre.

Había imaginado ese momento de mil maneras distintas. Soy consciente que muy pocas personas que no conocen a su padre tendrán esta oportunidad. Todavía estoy aprendiendo a valorar las cosas pequeñas de la vida pero hoy me siento afortunada.

Él me abraza con sus brazos fuertes. Sé que mi madre está aquí en este momento. La noto tan cerca de nosotros que mi corazón estalla de alegría.

Desde su muerte que no me siento tan arropada... Me doy cuenta, de verdad que sigo formando parte de una familia. Prácticamente no nos movemos. Sé que él también percibe a mamá en nuestro abrazo.

- Mamá me contó que arreglasteis vuestras diferencias, en cierta medida. Sé que ella te perdonó. Logró volver a confiar en ti porque quería contármelo todo pero luego... se puso enferma. - Soy consciente de que a ambos se nos han escapado las lágrimas de la emoción y que mi voz tiembla al hablar.  No me importa, no quiero esperar más. - Reconozco que yo ya no quería saber nada de ti porque veía cuanto la seguía afectando. No supe nada de vuestros encuentros hasta ahora... si lo hubiese sabido antes, quizás...

- No es necesario que te justifiques. Sé que Sophie guardaba las distancias por tu bien. Necesitabas tu tiempo y si no hubieras querido yo jamás te hubiera forzado a verme o lo que fuera. Lo habría respetado.

Asentí con la cabeza. Él nunca me había presionado para nada y Lily tampoco. Eso me reconfortaba, no creo que hubiese reaccionado igual.

- ¿Por qué decidiste aparecer de nuevo?  ¿Por qué no tuviste otra familia, como hacen la mayoría?

- Sí, esta es una pregunta que me hizo tu madre. Debes entender Gina que to en ese momento no quería una familia. No quería nada de eso. Quería a tu madre incluso después de distanciarnos. Tú fuiste el detonante pero teníamos conceptos distintos de las relaciones sentimentales. Sophie deseaba una familia y yo solo mi desarrollo profesional.

Se quedó callado, ensimismado en sus pensamientos que volaban hacía sus años en la facultad. Yo lo escuchaba ansiosa por conocer, al fin la versión de la historia que siempre me había perdido y de la persona más enigmática de mi vida.

- Mi madre siempre me hablaba de ti. - Se lo pensó mejor.- O casi siempre. Sabía escoger los momentos adecuados para sembrar mi duda. Como sabes, al principio iba dando a tu madre mi aportación económica. Me quedé tranquilo con eso una temporada. Estaba completamente abstraído con el trabajo, no pensaba en nada más. Por alguna razón, todo empezaba a saberme a poco. Cuando recibía noticias vuestras algo se llenaba en mi corazón y sentía la necesidad de veros. Un año después, escuché hablar por casualidad del concurso de baile. Estuve pensándolo durante varios días, sin acabar de decidirme. En el último momento, me atreví a enfrentarme a vosotras. Pensé que si satisfacía el capricho de veros, todo seguiría igual. No hablé con tu madre ni contigo pero me fui contento al ver que ambas estabais bien. Pero eso no fue suficiente, ya no volví a estar tranquilo. Estaba ansioso para que se repitiera ese día. Me convencí que intentaría hablar con tu madre. Poco a poco me adentré en vuestras vidas.

Suspiró y me dio un pequeño golpe en la pierna con la mano.

- Estábamos tan felices... solo nos faltaba acabar de compartirlo todo contigo. Obviamente, esta felicidad no es de este mundo y no podía durar. No paro de repetirme que llegué justo a tiempo, no habría soportado haber aparecido demasiado tarde. - Me miró con ojos penetrantes.- Le fallé a tu madre una vez cuando las cosas se complicaron. No pienso dejar que eso vuelva a pasar.

Cerré los ojos. Asimilando todo lo que me había dicho y refrescando mi memoria con los últimos momentos que recordaba con mamá.

- Probablemente es mucho pedir pero realmente me gustaría que me permitieras entrar en tu vida, Gina.

- Ya lo has hecho.

- Si, pero como padre. Dame otra oportunidad.

- Ya eres como de mi familia. Claro que quiero que estés en mi vida. - Le sonreí.- Debo acostumbrarme a todos estos cambios, nada más.

- Gracias cariño, significa mucho para mí.

- Para mí también John. Jamás me habría imaginado que esto podría convertirse en realidad.

* * *

- ¿Entonces has hablado con él de todo esto?

- Sí, me daba un poco de miedo por si no estaba preparada pero creo que lo he llevado bastante bien.

Jeff había pasado a buscarme veinte minutos después de la charla con mi padre. Estábamos en una coctelería, tomándonos un mojito cerca del mar.

- ¿Cómo fue con tu madre y su acompañante?

- Nada nuevo en realidad. Están empeñados en hacerle la prueba de paternidad. Deseo con toda mi alma que sea hija de papá, sino tendremos muchos problemas. Los resultados estarán listos en un par de semanas. Habrá que aguantar el sufrimiento...

Si, el sufrimiento... como el que yo sentía por verlo tan lejos de mí. No, no puedo compararlo pero quería estar más cerca de él. Su presencia me transmitía paz y serenidad.

Caminar JuntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora