Capitulo 29: Esperar

321 54 25
                                    

— ¿Ves? No está en condiciones ahora

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Ves? No está en condiciones ahora. — Exclamó el azabache a cierta distancia de la peli-morada, que estaba observando al de su misma raza a través del cristal, estaba temblando y daba bastos fluidos, parecía un animal a punto de colapsar.

— Si. . . — Se dejó de apoyar y veía la forma en que podría bajar — Nunca creí ver a un  Irken enfermo, ¡al menos así! realmente es curioso. — Comentó

— Pensé que era más común de lo que parecía. — Opinó

— ¿Qué? ¿Enfermarse? Sí, sí pasa. — Se deslizó hasta llegar al suelo — ¡Pero no así! Esta cosa está. . . Parece como muriendo. . . — Dictó y el más joven abrió los ojos con miedo.

— ¡¿Qué?!

— Sí — Soltó seca y desinteresada.

— ¡¿Nunca habías visto a un Irken con esa obsesión?! ¡Zim dijo que en Irk los curaban!

— Pues perdón por no juntarme con los defectuosos. Pero yo no he visto algo así — Apuntó al crucero, que se movía leve, a causa del inquieto ser que yacía en su interior, tanto que asustó a Tak. — No había escuchado sobre alguien que necesitará tales. . . ¿qué dices que ocupa? — Interpeló indiferente mientras volvía a subir para ver a su semejante, solamente no podía dejar de verlo.

— Besos. — Repitió incómodo.

— ¿Y que dices que es eso? — Preguntó sin estar realmente consciente de lo que decía, en el mismo momento en que Dib iba a contestar ella recordó que no tenía caso preguntarlo cuando ya se lo habían explicado — No, no, no, ya me acordé. — De solamente pensarlo pasó brusca su mano por su boca — ¿Y cómo dices que fue a pasar eso? — Volvió a bajar y se sentó, al tiempo que acariciaba a Mimi, Dib le hizo compañía.

— Es que, no creo que lo entiendas.

— La única manera en que alguien se hace adicto a algo es probandolo, pero lo que no entiendo, es ¿qué tienes que ver tú con esto? ¿Y quién juntó su boca con. . . — Tak jadeó disgustada con un escalofrío — con él?

— A ambas preguntas soy yo, ¿bien?

Tak lo miró inexpresiva.

— Tiene sentido. Nomás tú estás tan al pendiente. . .

— Oye pasaron muchas cosas, y, una cosa llegó a la otra.

— Entonces. . . Ustedes se ¿besaron? ¿Así es? ¿Sí? Bien, y después, simplemente le encantó a Zim — Exageró la antepenúltima palabra, tratando de comprender todo de la mejor manera.

— Sí, supongo que sí.

— Bien. . . — Alargó la palabra, sus dudas no eran tanto porque lo rechazara sin cuestionarlo, sino que objetivamente no veía qué tenía de atractivo tal acción, consumiéndose en curiosidad.

BasoexiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora