Capítulo 15: Despertar

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Dib no despertó, lo despertaron.

El dedo frío y metálico de Gir no paraba de estrellarse contra su cara, hasta que su objetivo se cumplió.

Abrió los ojos con duda, para después transformarse en una expresión de molestia.

Apartó levemente a Gir, se sentó en el sofá y se talló los ojos, dirigió su palma hasta el suelo, en busca de sus lentes, pero no estaban ahí.

— Jejeje. . . Adivina dónde están. — Dirigió su mirada borrosa hacia el robot, que muy apenas reconoció con sus anteojos.

Se los arrebató rápidamente y los limpió, esperando que no tuvieran alguna extrañeza que Zim pudiese tener en su casa.

Los colocó en su lugar y analizó su alrededor.

No estaba el extraterrestre, se asomó lo más posible a la cocina, pero a menos que estuviera cocinando ahí no estaba.

— El amito está abajo. — Exclamó sonriente el secuaz de hojalata.

Dib sacó su celular de su mochila y checó la hora, faltaba dos horas para ir a clases.

Le pidió a su contrario que lo llevará con Zim, quien le ayudó como la otra vez.

El propietario de la casa estaba checando su pak, en busca de algo raro, había decidido hacerlo diariamente

— Zim, debemos ir a la escuela — Bostezó y el contrario en realidad no le escuchó, gruñó con molestia — Zim — Llamó con un tono más elevado. El mencionado paró al fin en su concentración y le volteó a ver. — Ya. . . ya casi es hora de ir a la escuela — Avisó y el contrario le observaba aún inexpresivo

— No irás, humano. — Declaró simple y volvió a teclar y rebuscar. El azabache rió en un especie de bufido, no creía lo que le decía

— ¿Perdón? Zim, debemos ir, que tú faltes cuando quieres es tú problema, sin embargo yo ocupo ir. 

El más bajo se enderezó, dió la vuelta a su dirección, le tomó de la mano, y exclamó

— Tú y yo hicimos un trato: tú me curas, tú me estudias. — En la mano que sujetaba depositó el esfigmomanómetro, Dib lo sujetó dudoso.

— ¿Cómo sabes que esa iba a ser mi condición? — Espetó primero que nada.

— Es muy obvio Dib — Contestó sin mucha gracia, soltó un "ah", ¿era así de predecible?

— ¿Y esto para qué? — Cuestionó más apacible, el contrario no le respondió, solamente su rostro se adorno con una sonrisa pícara y le guiñó un ojo, Dib captó enseguida.

—Gir, sal de aquí, te doy el día "libre" — Exclamó el amo de éste, que prosiguió en su revisión

— ¡Yuuuupi! ¡Comeré tacooooos! —Se desplomó del aire y voló hacia el piso de arriba

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