Capítulo 23

80.1K 5.3K 2.6K
                                    

Acacia.

-¿Y bien?- pregunto al griego mientras sus ojos azules miran el helado que sostiene en sus manos.

-¿Tú lo hiciste?- pregunta una vez más y sonrío.

-Agapios- suelto- es la cuarta vez que lo confirmo.

Sonríe y mete una cucharada más a su boca mientras se relaja en el respaldo de la silla en la que está.

Estábamos en la cafetería, se supone que él debería de estar en su concesionario, pero, termino quedándose aquí.

-está rico- responde y vuelvo a sonreír- no sé, tiene un toque especial, algo que lo hace más cremoso y delicioso, ¿qué es?- pregunta, sus ojos azules me miran curioso.

-no puedo revelar mi secreto- respondo y eleva una ceja.

-soy bueno guardando secretos.

-no lo dudo, pero, tendrás que convencerme- guiño un ojo mientras me pongo de pie y entro a la cocina, él se queda en esa misma mesa.

Tomo algunos panquecitos y salgo de nuevo caminando hacia él quien continúa disfrutando el helado.

-es el turno de los cupcakes- tomo asiento frente a él una vez más, mira los panquecillos en mis manos mientras los dejo en la mesa.

-mujer, tú quieres engordarme- habla y suelto una pequeña risa.

-así nadie se fijará en ti y terminarás regresando a mi- respondo y es él quien ríe ahora- vamos, prueba uno.

Mira los diferentes decorados de estos y termina tomando uno de frutos rojos.

-¿no tienen veneno?- pregunta y sonrío.

-aún no llego a la etapa de prometida loca y desquiciada- ríe y después muerde el cupcake en su mano, miro su reacción muerde lentamente mientras parece analizar los sabores, sus ojos azules me enfocan mientras continúa comiendo.

No puedo evitar no ponerme nerviosa, hace mucho tiempo que no horneaba como lo hago últimamente, tenía miedo de que hiciera las cosas mal o de que el tiempo me hubiese hecho perder la práctica.

Veo como traga y después bebe del batido que dejé en la mesa también.

-¿y bien?- pregunto.

-¿en serio venderás esto?- su rostro está en completa seriedad mientras me mira, espera una respuesta de mi parte pero siento que las palabras se quedan estancadas.

-¿tan mal están?- pregunto lentamente.

Su rostro se suaviza mientras comienza a relajarse y sonreír.

-si vendes esto seré tu cliente número uno- responde con una sonrisa, suelto el aire que retenía y el alivio regresa- están deliciosos, Acacia.

Sonrío a más no poder.

Su celular comienza a sonar mientras mira el reloj en su muñeca.

Dejo que atienda la llamada y solo regreso a la cocina.

-hacen una linda pareja- una de las reposteras habla haciendo que voltee a mirarla- su prometido y usted, lucen realmente enamorados.

Quiero reír, ¿enamorados? Todo esto es una vil mentira, solo es actuación.

-gracias- respondo sonriendo y solo salgo de nuevo mientras dejo sobre la mesa una pequeña bolsa de papel.

-¿qué es?- pregunta mientras guarda su teléfono.

-tu almuerzo- respondo y abre esta con curiosidad.

-sigo insistiendo que quieres que pierda mi escultural figura, ¿quieres un prometido gordo?

Dueño de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora