Acacia.
Miro la habitación en la que el pelinegro me ha dejado, solo camino por esta mientras examino cada mínimo espacio que hay aquí.
Me es imposible no sentir una ligera pizca de confianza.
El que mi mente siga en blanco sigue agobiándome, es estresante no recordar nada, odio que mi mente evada aquellos recuerdos que se supone debería de tener presentes. En las únicas personas que puedo pensar es en mis padres, en Ava y en Cibran. Todo está en blanco sin dejarme recordar el porqué exactamente ellos pero sus caras no dejan de rondar en mi cabeza.
Salgo de mis pensamientos en el momento que unos golpes en la puerta me hacen girar hasta esta.
-adelante- hablo mientras tomo asiento en la cama. Ava aparece, se asoma lentamente haciendo que una sonrisa se pinte en mis labios para después adentrarse por completo mientras cierra la puerta.
-¿Qué haces?- pregunta después de cerrar la puerta, se sienta junto a mi.
-haciéndome la idea de que se supone todo esto es real- respondo mientras pasó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja- es tan raro tener una vida de la que no recuerdo absolutamente nada.
Ella me mira, justo de aquella misma manera en que más de una persona me ha mirado hoy, puedo descifrar en sus ojos que se aseguran de que no mienta.
-Cacia, sabes que puedes confiar en mi- habla y solo asiento- sea lo que sea que estés planeando puedes contar conmigo.
Mi ceño se frunce, ¿se supone que debería de estar fingiendo demencia?
-no sé a qué te refieres, Ava- respondo.
Vuelve a mirarme de aquella misma manera hasta que finalmente deja de hacerlo, suelta un suspiro cansado y solo traga saliva.
-perdón- se disculpa- es solo que es tan raro verte de esta manera sin poder imaginar que seguramente se trata de un plan- la escucho con atención- siempre sueles hacer lo mejor para los tuyos.
Me mantengo en silencio intentando procesar todo.
-bueno, esta vez no hay ningún plan- respondo finalmente- me gustaría decirte que lo hay, que recuerdo todo y que estoy bien, pero, estaría mintiendo.
Solo asiente lentamente.
Me dejo caer en la cama y ella hace lo mismo a mi lado.
-¿puedes hablarme de todo lo que se supone que ha pasado en estos dos años?- pregunto, giro mi cabeza a mirarla.
-¿qué quieres saber?- pregunta.
-todo- respondo- absolutamente. Siento que Agapios está ocultándome todo.
Ella me mira hasta que finalmente comienza a hablar.
-eres Acacia Pride Kaminis- comienza y solo la escucho- tienes veinticuatro años, Agapios es el líder de la mafia griega y lo conociste después de que te rescatara de un burdel, todo comenzó siendo una mentira, eras su prometida falsa.
-¿eso quiere decir que no lo amo?- pregunto.
-¿qué? No- responde- lo amas, te enamoraste de él así como él se enamoró de ti, ambos se aman y es por esa razón que se casaron.
No digo más, ella se recompone y habla.
-¿en verdad no sientes nada por él?- pregunta- quiero decir, ¿lo miras y no sientes nada?
No puedo mentir, siempre que veo al Adonis una parte en mi interior se remueve, es como si simplemente quisiera lanzarme a él y no despegarme de su lado.
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Dueño de ti
Любовные романыAgapios Thalassinos, líder de la mafia griega, un Adonis con toda la extensión de la palabra, amante de los autos y la tortura. ¿Qué pasará cuando el líder griego tenga en su vida a una mujer como Acacia Pride?¿podrá sucumbir ante el deseo que eman...