Capítulo 30

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Agapios.

Estoy en Francia, conduzco en dirección a uno de los almacenes de Noan Salvatore después de hablar con un socio.

Mis últimos días se habían basado en esto, hacer cualquier puta cosa que me mantuviese fuera de casa, mi discusión con Acacia sigue presente, sigo molesto con ella, y creo que esta discusión es la más fuerte que hemos tenido desde que nos conocimos, ambos nos gritamos y fulminamos con la mirada.

Joder, de solo recordar vuelvo a molestarme, nada le costaba enviar un puto mensaje avisando que saldría, nada le costaba llevar consigo a más hombres, nada le costaba preocuparse un poco más por su propia seguridad.

¿De que sirve que yo esté haciendo todo lo posible por mantenerla a salvo si a ella no le importa en lo absoluto?

En estos días ninguno de los dos nos hemos hablado, es como si yo no existiera para ella y es como si ella no existiera para mi.

Sigo molesto así que lo mejor es que continuemos así, antes de que cualquiera de los dos termine mandando a la mierda al otro, aunque, creo que yo ya lo había hecho.

No quiero controlar su vida, no quiero que ella crea que quiero o me interesa mantener total control sobre su vida, pero, joder, solo le pedí unas simples cosas, cosas que por muy fáciles que fuesen no pudo cumplir, y eso, eso me había molestado más de lo que debería.

No ayudó tampoco el hecho de que el idiota de Calisto enviase un vídeo de mi prometida bailando con el lema "lo mueve bien", un puto balazo en la frente es lo que ese hijo de puta merece.

Le había dicho que podía hacer lo que quisiese entonces, que no me importaría más lo que pase con ella, planeo seguir y cumplir eso, no me desgastaré más en alguien que parece no querer estar a salvo.

Mis palmas se cierran sobre el manubrio, joder, vuelvo a molestarme.

Suelto un suspiro lento mientras desvío mis pensamientos y miro al almacén que aparece frente a mi, Noan Salvatore y Giselle Ackerman están aquí, estaciono mi auto y bajo de este, comienzo a caminar mientras me acerco a ellos interrumpiendo en su conversación.

-¿de qué hablan?- pregunto mientras llego hasta ellos, el rubio y la alemana me miran.

-bebés- responde con simpleza Giselle haciéndome hacer una mueca de horror.

-paso- respondo de inmediato.

-Noan quiere tres niñas- comienza la morena- Raffael tiene a Lara- prosigue- solo faltas tú, vamos, Agapios, ¿cuántos bebés quieres?

Finjo pensar mi respuesta, aunque en realidad no tengo nada que pensar, no quiero tener bebés.

-ninguno- respondo finalmente- prefiero la opción de tener sexo todo el día- sonrío- sin interrupciones, sin pequeñas personas diciendo que tienen hambre o que quieren ver las caricaturas.

-te doy la maldición de tener gemelos- Giselle habla y siento como mis ojos se abren más de la cuenta de solo imaginar mi vida con dos mocosos fastidiosos- así tu tiempo se ocupará el doble y adiós al sexo.

-Giselle...- comienzo mientras ella me mira con aquellos intensos ojos avellana.

-Agapios...- suelta de la misma manera.

-jódete- suelto y mi mejor amiga se suelta a reír.

-mejor que me jodan- responde ella haciendo que Noan y yo ríamos; nos despedimos de ella y después de unos minutos finalmente ella termina yéndose con regreso a Alemania mientras que solo quedamos el rubio y yo.

Dueño de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora