Capítulo 37

89.2K 5.4K 1.9K
                                    

Acacia. 

Bajo del jet y el viento golpea suavemente haciéndome sonreír, estamos en Grecia de nuevo, miro a mi alrededor, Agapios se aleja a dar algunas ordenes a sus hombres y yo solo sostengo a Zeus, camino mientras me acerco a Neo.

-¿me extrañaste?- pregunto a sus espaldas, voltea lentamente y sonríe.

-no tenía con quien echar chisme a la hora del té- suelta con burla y solo río un poco- me alegra que estés de vuelta.

-gracias, Neo- mira detrás de mi- ¿entonces ahora si tendremos una boda?- pregunta. 

-no nos apresuremos- respondo mientras comenzamos a caminar hacia el jeep- vamos a un ritmo lento y si todo sale bien quizás terminemos casados y con hijos- reímos.

-Agapios no quiere tener hijos- asiento, sé eso por completo.

-lo sé- suelto- la verdad yo tampoco quiero- confieso.

Abre la puerta para que Zeus suba a los asientos traseros. 

Agapios se acerca, le da algunas ordenes a Neo y solo subo al asiento del copiloto, minutos después el griego sube al jeep también.

-¿lista?- pregunta mientras abrocha su cinturón de seguridad.

-¿saben que regreso?- pregunto y solo sonríe mientras enciende el jeep.

-no- responde- les dije que no vendrías conmigo. 

Lo miro con una sonrisa.

-será una sorpresa- guiña un ojo y sonrío más, comienza a conducir con dirección a la mansión, miro por el retrovisor las camionetas que nos siguen por detrás al igual que miro hacia el frente para ver también las camionetas que nos siguen por delante. 

-¿hay alguna noticia de Cibran?- le pregunto mientras giro mi cabeza para mirarlo. 

-no- responde- tiene algunas propiedades en Atenas, voy a destruirlas, tendrá que salir de su escondite quiera o no. 

Solo me quedo en silencio, los recuerdos de lo que pasó el día que fui a la casa de mis padres regresa, sus manos tocando mi piel, sus labios en mi cuello, solo quería que él desapareciera de nuestras vidas, quiero que él deje de existir.

-estará todo bien- la voz de Agapios me regresa a la realidad, posa una de sus manos sobre mi muslo y lo aprieta ligeramente- no dejaré que te haga daño y si lo intenta entonces morirá. 

Sonrío mientras tomo su mano, la entrelaza con la mía y la lleva hasta su boca para dejar un beso en mi dorso y después volver a dejarlas sobre mi muslo. 

Solo continúa conduciendo en silencio, un silencio cómodo, es hasta que finalmente llegamos a la mansión, los nervios me invaden, nervios de felicidad, sonrío sin darme cuenta de que lo estoy haciendo, bajamos del jeep, se acercan a bajar nuestro equipaje. 

-suban todo a mi habitación- ordena Agapios mientras baja a Zeus del jeep. 

Asienten y se adelantan.

-¿a tu habitación?- pregunto con una sonrisa, me mira y sonríe también.

-sí- responde- a mi habitación para romper floreros todas las noches. 

-¡Agapios!- suelto mientras me acerco a él, toma mi mano y la entrelaza con la suya mientras suelta la correa de Zeus quien de inmediato corre hasta adentrarse a la mansión- tendré que pegar todos los floreros en la casa para evitar accidentes. 

Suelta una carcajada que me hace erizar la piel, su risa es linda, me gusta escucharlo reír. 

Comenzamos a caminar para adentrarnos a la mansión, espero en el pequeño espacio que separa la entrada de la sala, Agapios se adelanta y después escucho algunas voces ya conocidas. 

Dueño de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora