Capítulo 42

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Actualización doble 1/2

Agapios. 

-algo no está bien, Agapios- la boca de Acacia está llena de sangre, y antes de que pueda decir algo ella se desmorona, logro atraparla entre mis brazos. 

-Acacia- tomo su barbilla e intento que despierte pero no lo hace- ¡Neo!- grito de inmediato y llega la camioneta, la levanto en mis brazos y solo me apresuro a subir, Neo arranca de inmediato- Afrodita- está inconsciente y la coloco de lado cuando más sangre comienza a salir de su boca manchando la camioneta y mi ropa, solo veo sangre y más sangre, su respiración comienza a acelerarse y de un momento a otro comienza a convulsionar. 

Intento contenerla mientras meto el moño de mi esmoquin en su boca intentando que no muerda su lengua. 

-¡maldición, Neo, ve más puto rápido!- grito desesperado mientras el amor de mi vida sigue convulsionando. 

El temor comienza a apoderarse de mi cuerpo, el miedo se hace presente y por primera vez en mucho tiempo ruego y oro al cielo porque ella esté bien. 

Llegamos al hospital y sin esperar un segundo más bajo de la camioneta con la castaña en mis brazos, un grupo de médicos se acerca de inmediato mientras me la arrebatan y comienzan a examinarla. 

Comienzan a hablar de cosas que no entiendo mientras le hacen un montón de cosas para después llevársela, comienzo a seguirlos pero me prohíben el paso para donde sea que vayan. 

-¡es mi mujer!- grito hacia los hombres que me impiden seguir con ella- ¡déjenme pasar, maldita sea!- intento hacerlos a un lado pero Neo llega impidiendo que golpee a aquellos hombres. 

-deja que hagan su trabajo- habla él y solo suelto un bufido.

Camino de un lado a otro, la desesperación en mi cuerpo no se mide, me siento impotente, las ganas de matar a todo el puto mundo se hacen presentes, quiero gritar, quiero romper todo, quiero que me digan que ella está bien. 

Las imágenes de Acacia vomitando sangre, ella desmoronándose en mis brazos y ella convulsionando regresan. 

Nadie me da ni una puta señal de ella, nadie me dice como está mi mujer, nadie viene y me dice que ella está bien. 

Esta desesperación está matándome, no sé ni cuánto tiempo ha pasado, lo único que sé es que no puedo más.

Finalmente el doctor de mi familia se acerca.

-Agapios- saluda mientras se coloca su bata. 

-¿cómo está?- pregunto sin rodeos, suelta un suspiro lento mientras que se prepara para hablar.

-encontramos grandes cantidades de sulfato ferroso en su sistema, fue una sobredosis- suelta sin rodeos. 

Mi ceño se frunce.

-¿sulfato ferroso?- pregunto 

-el sulfato ferroso se usa para el tratamiento de la anemia- explica- y en sobredosis puede ser utilizado como veneno.

Mis puños se aprietan.

-ella no toma esas cosas- suelto y se queda callado dando su respuesta, alguien la había envenenado- ¿Cómo está ella?- pregunto de nuevo dejando a un lado el enojo que me invade por completo.

-coma- responde y un enorme nudo se cuela en mi garganta- hemos hecho análisis de sangre y radiografías, al igual que hicimos un lavado intestinal, está estable pero hemos colocado oxígeno, esperamos ver su evolución. 

-¿coma?- pregunto en un hilo, siento que están golpeándome una tras otra vez, un dolor llena mi pecho por completo, siento que me están quitando la vida de manera dolorosa y torturosa. 

Dueño de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora