Capítulo 45

76.7K 4.7K 1K
                                    

Agapios. 

Miro a Acacia quien duerme, estábamos finalmente en casa, la habían dejado salir esta mañana.

No había ido a trabajar, no quería dejarla sola. 

El tema de Ileana sigue presente e intacto en Atenas, me encargue personalmente de que se hablara de ello por algunos días más, al igual que me encargue de que mostraran en la televisión las imágenes de ella descuartizada, está prohibido hacerlo así que tuve que mover algunos contactos y pagar para que fuese posible, quiero que los Onasis pasen la peor experiencia, quiero que sufran. 

Lux no ha dado la cara, se ha mantenido oculta junto a su padre, apenas le entregarían las partes del cuerpo de su madre para que pueda hacer el funeral. 

Miro a la castaña a mi lado quien se remueve lentamente, no despierta y lo único que hace es acostarse sobre mi pecho abrazando mi torso, continúa durmiendo. 

Ella no había dicho nada más sobre lo que hice con Ileana, no reaccionó de una mala manera pero tampoco lo felicitó, solo se mostró neutral.

Las cosas cambiaron un poco después del atentado, he colocado mayor seguridad, no quiero que ningún inconveniente ocurra de nuevo. 

Miro algunos mensajes en mi celular, solo respondo algunos y otros tantos los elimino ya que no son importantes. 

Abro la conversación que tenía con uno de los investigadores privados que había contratado, leo los mensajes que ha dejado y mi sangre hierve al leer lo que ha puesto. 

Cibran efectivamente ha estado mostrando movimiento, abrirá un nuevo burdel y está buscando a Medusa, ha ofrecido una puta recompensa por ella. 

Manda una dirección y solo alejo suevamente a Acacia de mi pecho, aunque quisiera quedarme con ella debía encargarme de este hijo de puta. 

-¿a dónde vas?- escucho su voz somnolienta en cuanto intento salir por la puerta de la habitación. 

Volteo y la veo recargada en la cabecera mientras restriega sus ojos. 

-debo encargarme de algo- respondo, me mira y frunce su ceño. 

-¿de qué?- pregunta con una ceja elevada. 

Suelto un suspiro lento, no quería decirle la verdad porque no quería que se alterara pero tampoco quería mentirle, eso no es una opción. 

-me han dado la nueva dirección del lugar en donde Cibran pondrá su nuevo burdel- respondo, sus ojos se abren más de lo normal y traga saliva- iré a encargarme personalmente de eso. 

Se queda en silencio, sus ojos grises solo miran un punto en la nada. 

-quiero ir contigo- responde mientras se pone de pie lentamente. 

-no- me acerco para ayudarle e intento hacer que regrese a la cama.

-estoy bien, Agapios- responde con simpleza soltándose de mi agarre y caminando hacia el closet. 

-acabas de salir del hospital- respondo masajeando mi sien, esta mujer es más terca que una mula. 

-¿y?- sale con un cambio de ropa en su mano, lo coloca sobre la cama y comienza a desnudarse para cambiarse de ropa- si vas tú, voy yo. 

-puedo hacer esto solo- me recargo en la puerta de madera y solo la miro mientras se viste, mis ojos admiran cada parte de su cuerpo, cada parte que comienzo a saber de memoria.

-no he dicho que no puedas hacerlo solo- responde mientras coloca una blusa en su cuerpo, como siempre lo hace sobre sus senos desnudos, no usa sostén y eso me encanta. 

Dueño de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora