Capítulo 73

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Agapios. 

Llego a la mansión, estaba en Alemania con Giselle encargándome de unos asuntos importantes. 

-¡Acacia!- grito una vez que entro, quito mi chaqueta mientras la lanzo a uno de los sofás. 

No recibo respuesta, ni siquiera viene corriendo como algunas veces suele hacerlo.

-¿dónde está tu madre?- le pregunto a Zeus mientras acaricio su pelaje, él solo ladra. 

Me pongo de pie, subo las escaleras hasta llegar a la habitación pero la castaña no está aquí. 

Bajo de nuevo a la primera planta pero ahora salgo de la mansión, Neo está dando algunas ordenes. 

-¿dónde está mi mujer?- pregunto a uno de los hombres que había permanecido aquí en la mansión. 

-salió hace unas horas- responde- Thomas dijo que habían sido ordenes de la señora Thalassinos. 

Miro a Neo quien habla por celular, su expresión me hace saber que algo no anda bien. 

-¡Agapios!- escucho la voz de mi madre quien se acerca, su rostro denota preocupación por doquier- mi niña, Naia, no ha llegado. 

Ha oscurecido ya y ella nunca suele estar fuera de casa a estas horas. 

-Ava está desaparecida- Neo habla preocupado también. 

Tomo mi celular, marco el número de Acacia pero este dice que no existe. 

-¡¿Dónde mierdas está mi mujer?!- tomo del cuello a Carter, uno de mis hombres que se había quedado aquí en Atenas. 

-Thomas- suelta- él fue el encargado de todo- continúa.

-Thomas no responde su celular- suelta Neo- y el resto de los hombres que se supone estaban con ellos tampoco lo hacen. 

-prepara una de las camionetas- hablo- dame la dirección de ese hijo de puta.

Acatan mis ordenes, una de las camionetas llega de inmediato, Neo comienza a conducir hasta que llegamos a una pequeña casa a las orillas de Atenas. 

-¿vive aquí?- pregunto y asiente. 

Tomo mi arma y bajo de la camioneta, Neo me sigue, toco la puerta de la casa pero nadie abre, es hasta que después de unos minutos una mujer abre la puerta, me mira e intenta cerrarla de nuevo pero lo impido, la tomo por su cuello mientras me adentro y esta solo comienza a gritar. 

-¿dónde está Thomas?- pregunto. 

-no lo sé- responde- no lo sé. 

Sus ojos me hacen saber que está mintiendo.  

-¡lo sabes!- grito enfurecido- ¡dime dónde mierdas está!

Intenta soltarse de mi agarre pero no lo logra. 

-¿no vas a cooperar?- Neo se acerca con una silla, la dejo con brusquedad para después amarrar sus manos y pies- entonces esperaremos hasta que él llegue. 

Dejo una venda en su boca que le impide hablar, solo comienza a retorcerse mientras llora. Me importa una mierda, en estos momentos no me importa nada más que no sea ella. 

Los minutos pasan, la noche ha caído por completo, camino de un lado a otro pero mis pasos se detienen cuando alguien más llega a la casa. 

Neo apaga la luz del pequeño apartado en el que estamos, me recargo en uno de los muros y solo escuchamos como la puerta es abierta, los pasos comienzan a resonar. 

Dueño de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora