Capítulo 81

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Acacia.

Mi arma presiona la nuca de Cibran, puedo ver como sus ojos miran todo nuestro alrededor, estamos rodeados 

-bienvenidos al Hades- la voz de Agapios resuena desde la baranda del segundo piso, una sonrisa se pinta en mi rostro porque finalmente puedo saborear la venganza. 

-maldita perra- Cibran suelta haciendo que mi arma se presione más ante él. 

-¿creíste que me quedaría de brazos cruzados después de llevarte a mi mujer?- pregunta Agapios mientras comienza a caminar para acercarse- ¿creyeron que me quedaría de brazos cruzados después de que jodiste a mi hermana, a Ava y a mi esposa?- Agapios se acerca, queda finalmente a mi lado, toma mi arma y solo bajo lentamente mi mano.

Los ojos de Cibran nos miran con odio puro, el griego a mi lado lo empuja haciendo que ruede los pocos escalones en donde estábamos, Cibran queda en el piso, justo a nuestros pies. 

El pelinegro toma mi mano y bajo la mirada de todos coloca mis anillos en mi dedo anular, el anillo de compromiso y de matrimonio regresan a su lugar, justo a donde pertenecen. 

-Neo- Agapios habla y el castaño de inmediato se acerca con más de nuestros hombres, toman a Cibran quien comienza a forcejear.

-¡maldita perra!- grita mientras se lo llevan. 

Veo como se acercan a tomar también a Lux y Calisto quienes han palidecido. 

Calisto logra soltarse y corre hasta Atenea, susurra algo a mi hermana y esta solo lo miro con odio para después arrojarlo a los brazos de uno de los hombres que se lo lleva. Miro como se llevan a Lux y Calisto también. 

-desaparezcan a la mierda- Agapios habla mientras toma mi mano, caminamos siendo seguidos de Aline, Dalila, Luka Korovin, Haines, Atenea y Neo.

Caminamos hasta la salida mientras el resto de los hombres de los diferentes clanes que están aquí se mantienen adentro sin dejar de apuntar a las personas que habían venido a la fiesta de mierda. 

En el primer instante que ponemos un pie fuera de la mansión las balas en el interior comienzan a resonar. 

La exterminación de la plaga adentro comienza a llevarse a cabo. 

La satisfacción en mi pecho no deja de hacerse presente, mi cuerpo pide a gritos venganza y tortura por aquellos que nos jodieron y que ahora mismo están en nuestro poder. 

Giro y me lanzo a los brazos de Aline y Dalila quienes sonríen mientras me abrazan también. 

-tremendas diosas vinieron a mi rescate- no puedo dejar de sonreír al igual que ellas. 

-¿qué podemos decir?- comienza Aline- diosas salvando diosas. 

-Gi quería venir pero no podía arriesgar el plan- explica Dalila- pero una vez que lleguemos a Grecia celebraremos esta victoria. 

Comenzamos a caminar siguiendo a los demás, nos dirigimos a lo que parece ser un almacén conjunto a la mansión. 

Me acerco a Atenea. 

-¿cómo te sientes?- pregunto recordando que había vomitado momentos atrás. 

-estoy mejor, Cacia- responde con una pequeña sonrisa que le regreso. 

-At- comienzo mientras nos adentramos al almacén, me detengo y ella se detiene frente a mí dejando que los demás sigan caminando- quiero hacerte una pregunta- sus ojos grises me miran con curiosidad. 

-¿qué pasa?- pregunta mientras miro a nuestro alrededor, no quiero que nadie escuche esto. 

-¿Calisto es el padre de tu hijo?- mi hermana borra su mueca de curiosidad y en su lugar pinta una mueca de asco ahora. 

Dueño de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora