Capítulo 13

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Acacia.

Habían pasado ya unos dias desde la fiesta del socio de Agapios, después de eso no volvimos a salir a algún evento parecido, me la pasaba aquí en casa.

Era algo aburrido, bueno, estaba acostumbrada a estar encerrada, pero, aquí es diferente, estoy sola aquí, Agapios suele salir mucho, casi siempre está fuera de la mansión, a veces se va desde muy temprano y llega hasta la noche, me toca escuchar como Zeus lo recibe por la madrugada o en ocasiones escucho como camina hasta su habitación.

Naia y Maya se habían vuelto en mi mejor compañía, también había logrado hablar más con Nicholas, pero, aún así ellos ya tenían su propia vida y a veces eran pocas las veces que estaban aquí.

Ni que decir de Zeus, se había vuelto en mi fiel compañero.

-¿qué hacemos hoy, Zeus?- pregunto mientras miro al akita quien me mira con su cabeza ladeada, está acostado sobre el césped del jardín mientras que yo solo estoy sentado en una de las sillas aquí.

No sabía que más hacer en esta enorme mansión, estaba completamente sola, a excepción de la ama de llaves y los hombres que vigilaban.

Se escuchan algunas voces en la sala, solo me asomo un poco pero no logro ver de quien se trata.

-dile a tu jefe que estoy aquí y que quiero hablar con él- es una voz que reconocía aunque sólo la había escuchado por algunos cuantos minutos.

Ileana Onasis, la madre de Lux.

-el señor no se encuentra- escucho a Cora responder.

-¿crees que me creo eso?- la voz de la mujer rubia es ahora en un tono más grosero, ¿quién diablos se creía esta mujer?- ve y háblale que para eso te pagan.

Eso termina con mi poca paciencia, me pongo de pie y solo comienzo a caminar siendo seguida por Zeus.

-¿pasa algo aquí?- pregunto llegando a donde aquellas dos mujeres se encuentran.

La mujer rubia voltea a mirarme y de inmediato noto como su rostro se relaja.

-buenas tardes, Acacia- habla- estoy buscando a Agapios- su voz ahora sí es dulce y amable.

-Agapios no está- respondo con simpleza- Cora ha dicho la verdad.

Dejo en evidencia que he escuchado todo así que sólo se queda callada.

-pero no se preocupe le haré saber que estuvo aquí- hablo de nuevo, toma su bolso que había dejado sobre el sofá.

-no deberías de darles tanta confianza a tus empleadas- habla- deben de ubicar bien su lugar.

-si le damos o no confianza a nuestras empleadas es problema nuestro- comienzo molesta- es nuestra casa y son nuestras reglas- camino hasta la puerta abriendola- ahora, agradecería si se va de aquí.

Justo cuando abro la puerta el Adonis entra por esta, sus ojos azules miran a la mujer rubia y después a mi, me mira por algunos segundos y después vuelve a mirar a la mujer de cabellos rubios.

-¿pasa algo aquí?- pregunta mientras se acerca y deja un beso en mi mejilla, por un segundo me sorprendo pero después recuerdo que debemos de actuar frente a aquella mujer.

-Agapios- Ileana suelta- estaba buscándote.

Sonríe mientras mira al pelinegro de ojos azules quien solo se mantiene sereno y serio.

-¿en qué puedo ayudarte?- pregunta finalmente después de unos segundos, quiero protestar y decirle que no quiero ver a esta mujer aquí por el simple hecho de que trato mal a Cora, pero, me quedo callada, esta es su casa y yo no soy nadie aquí para entrometerme en sus decisiones.

Dueño de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora