CAPITULO 80

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EN EL PASADO

Narra el Rey Alfa (Ragnar Anthonyson)

75 años atrás...

De nuevo fui llamado por mi padre.

—¿Esta vez que es lo que querrá? –
Le pregunto a mi acompañante.

—Se me ha solicitado llevarlo solamente. No tengo más respuestas, lo siento. –
Responde mi acompañante, uno de los betas que sirven a mi padre.

Bufo por décima vez desde que me sacaron de mi habitación y solo sigo a aquel hombre frente a mí.

[¿Hice algo mal? 

Veamos, primero salí a altas horas de la noche. Segundo, fui directo a buscar a Donovan para encontrarnos. Tercero, ambos fuimos directo hacia donde se originaba aquel problema que mi padre me mando a erradicar. Y cuarto, regresamos al amanecer y apenas acababa de darme un baño cuando me sacaron de mi habitación por la solicitud de mi padre.

No encuentro nada que ocasione un regaño de su parte, aunque conociéndolo como es seguramente me reprenderá por cualquier tontería. ]

Bajo mi mano y noto que, mientras caminábamos para lograr llegar al despacho de mi padre pasamos por los campos de entrenamiento de los Deltas y Betas que son los que protegen nuestras tierras. Todos se veían de entre quince y veinte años de edad aproximadamente.

[Yo a su edad también lo daba todo por mi manada, pero después de que me enteré que ya no había más que aprender para mí mejor me aleje de eso.

Extraño a mis antiguos amigos, también extraño los momentos que me hacían pasar. ]

Suspiré hondo intentando ignorar esos recuerdos y seguí mi caminata, hasta que al fin llegamos frente a la puerta del despacho de mi padre. A cada lado había un Delta de alto rango custodiando la puerta de mi padre, y cuando entramos al edificio principal de la mansión pude ver que aún había la misma seguridad que cuando era pequeño.

—¡Líder del escuadrón ciento uno, reportando. He traído a quien me ha solicitado! –
Grita quien me había traído  y solo cubro mis oídos por ello.

—Pasa. –
Dice alguien desde detrás de las puertas y yo solo suspiro por lo que se vendrá.

—¡Sí señor! –
Grita de nuevo aquel hombre y los dos que custodiaban la puerta la abren de par en par.

En el fondo puedo ver a aquel hombre que, me mira de una manera nada agradable. Ruedo los ojos y comienzo a caminar hacia el interior de la habitación escuchando como él les pide a todos amablemente que salgan de la habitación dejándonos solo a nosotros dos.

Luego de estar en silencio por unos segundos escucho como suspira, dándome la señal de lo que quiere que haga. Rápidamente me arrodillo y bajando la cabeza frente a su escritorio y su atenta mirada espero su regaño.

—¿Algo que decir? –
Me pregunta y yo me mantengo en silencio en la misma posición.

[No hice nada malo y jamás lo he hecho. ]

—Jamás hablas cuando te lo pido, siempre debo hacerlo de la manera difícil y eso ya me esta cansando. Sé lo que hiciste, siendo el alfa de esta manada no puedo dejarlo pasar y lo sabes aunque seas mi hijo. –
Comenta con voz cansada.

—Haré lo que mi alfa me diga. –
Le respondo y olfateo su sorpresa.

[Si él está cansado yo lo estoy mucho más. ]

¿Dejarán de rechazarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora