CAPITULO 40

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DE NUEVO

Narra Daniella

Caminamos hasta llegar a la protección y ahí fue donde me quedé esperando a que entraran para poder registrarlos en mi memoria.

—Vamos, pasen entre esos dos árboles de ahí solamente, uno por uno. –
Dijo Alberto hacia los felinos.

—¿Porqué? –
Pregunto el chico con un tono de voz superior.

—Porque yo lo digo, háganlo. –
Le respondió Alberto.

[Debo hablar con él ya. ]

—Alberto tu entra primero, luego todos te seguirán. –
Le dije y volteo a verme con confusión en sus ojos.

—Pero yo-- –
Intentó contestarme Alberto.

—Hazlo, ahora.–
Le ordené y vi como suspiro molesto y camino hacia la entrada de la protección.

Fue ahí cuando todos los siguieron hasta que por fin entre yo con Peter.

—Alberto parece que quiere mandar. –
Me comentó Peter.

—No es que parezca, lo está haciendo sin mi consentimiento. –
Le dije y Peter solo suspiro.

—¿Hablaras con él? –
Me preguntó.

—Debo hacerlo, cada vez parece que se siente el alfa en lugar de recordar que ya hay uno aquí. No entiendo por qué si él no era y así antes. –
Le contesté a Peter.

—Algo debió pasar, te lo dirá si se lo preguntas. –
Me dijo Peter bajando de mi lomo.

Suspiré y comenzamos a caminar hacia la mansión.

Los felinos observaban todo mientras caminaban, pero a medio camino varias chicas y ancianos ya no podían caminar por el cansancio.

Me coloqué frente a ellos.

—Todos, suban a mi lomo aún falta camino por recorrer. –
Les dije y me miraron con terror y asombro.

—P-Pero -usted es e-el alf-fa...–
Me dijo una de ellas.

—Y con mayor razón deben de subir, me preocupa su bienestar. –
Le contesté mientras me recostaba en el suelo para que sea más fácil que suban.

—Mi lomo también está disponible. –
Dijo Riro.

Entonces Mark, Abram y Alberto también subieron a sus lomos al resto.

El chico se convirtió en tigre y subió a varios a su espalda.

Peter era el único que estaba en su forma  y humana ya que su lobo era más pequeño así que no podía cargar a más de uno. Además de que no lo deje llevar a nadie.

Estábamos por llegar y entonces Xue, Miao y el resto de los felinos salieron disparados hacia nosotros.

—Eso me da a entender que si los conocen. –
Dije a la manada.

—Desde​ hace unos minutos que están inquietos, sabían que venían pero no podían evitar estar ansiosos y cuando se asomaron por la ventana salieron corriendo. –
Contestó Harry con voz alegre.

—Que bueno que al fin se reencuentran. –
Dijo Peter.

Sonreí por lo dicho recordando el reencuentro mío y de mi manada después de regresar del Olimpo.

¿Dejarán de rechazarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora